Cuento de la película Mi Pobre Angelito (1990)
En una fría noche de invierno, cuando la nieve cubría las calles, una familia muy especial se preparaba para un gran viaje. Los McCallister estaban a punto de vivir una aventura que nunca olvidarían.
Kevin McCallister, un niño de 10 años, estaba emocionado por las vacaciones, pero también preocupado. Sus hermanos y primos siempre se burlaban de él, y sus padres no parecían entenderlo. Esa noche, antes de dormir, Kevin deseó con todas sus fuerzas que su familia desapareciera.
A la mañana siguiente, la casa estaba en silencio. Kevin bajó las escaleras y descubrió que su deseo se había cumplido: su familia había desaparecido. Pero lo que no sabía era que su familia había salido apresuradamente para el aeropuerto, olvidándose de él en casa.
Mientras tanto, dos ladrones llamados Harry y Marv planeaban robar las casas del vecindario, aprovechando que todos estaban de vacaciones. Ellos se hacían llamar «Los Bandidos de las Casas Mojadas» porque dejaban las llaves del agua abiertas en las casas que robaban.
Kevin, al darse cuenta de que estaba solo, decidió disfrutar de su libertad. Comió helado y pizza, miró películas para adultos y saltó en la cama de sus padres. Pero pronto se dio cuenta de que debía cuidar de sí mismo y de su hogar.
Un día, Kevin escuchó a Harry y Marv hablando sobre sus planes de robar su casa. Entonces, decidió que tenía que protegerla a toda costa. Con valentía y astucia, Kevin preparó trampas por toda la casa para detener a los ladrones.
Esa noche, Harry y Marv intentaron entrar en la casa de los McCallister, pero cada vez que lo intentaban, caían en una de las trampas de Kevin. El niño había usado objetos cotidianos, como adornos navideños, pintura y herramientas, para crear ingeniosas trampas que dejaron a los ladrones heridos y frustrados.
En medio de la batalla, Kevin llamó a la policía y les informó sobre los ladrones. Pero antes de que llegaran, los Bandidos de las Casas Mojadas atraparon a Kevin. Justo cuando parecía que todo estaba perdido, apareció el Señor Marley, un vecino solitario al que todos temían, y rescató a Kevin golpeando a los ladrones con su pala.
La policía llegó y arrestó a Harry y Marv, y Kevin agradeció al Señor Marley por salvarlo. Al día siguiente, la familia McCallister regresó a casa, sorprendida de encontrar a Kevin a salvo y la casa en perfecto estado. Aprendieron a valorar y cuidar a Kevin, y él aprendió a apreciar a su familia.
Y así, en esa mágica Navidad, Kevin McCallister demostró que incluso un niño pequeño puede ser un gran héroe. Y aunque la nieve seguía cayendo y el viento soplaba fuerte, el amor y la unión familiar brillaban más que nunca en la casa de los McCallister.
Y con una sonrisa en el rostro y el corazón lleno de amor, colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Reflexión del cuento de la película Mi Pobre Angelito
Este cuento nos muestra que la unión familiar y el amor son valores muy importantes en la vida. También nos enseña que, a pesar de ser un niño pequeño, Kevin demuestra valentía y astucia para proteger su hogar y a sí mismo, demostrando que incluso los más jóvenes pueden ser héroes en situaciones difíciles.
Además, el cuento muestra la importancia de apreciar y cuidar a los miembros de nuestra familia, y cómo a veces es necesario pasar por situaciones adversas para valorar lo que tenemos.
Por último, el cuento nos muestra la importancia de la amistad y la ayuda de los demás, como lo demuestra el Señor Marley al rescatar a Kevin en su momento de necesidad.