Cuento de la película Karate Kid III (1989)
En una noche de luna llena, en un pequeño pueblo, vivían Daniel LaRusso y su maestro de karate, el sabio Señor Miyagi. Juntos habían vivido muchas aventuras y aprendido valiosas lecciones. Pero una nueva prueba estaba a punto de comenzar.
Un día, mientras Daniel y el señor Miyagi estaban en su dojo, un hombre llamado Terry Silver llegó con una propuesta. Terry era un hombre rico y poderoso que había construido su fortuna a través de la enseñanza del karate. Quería que Daniel compitiera en un torneo de karate, pero el señor Miyagi se negó, ya que creía que el karate no debía usarse para la violencia.
Terry no aceptó la negativa del señor Miyagi y decidió tomar represalias. Reclutó a un joven y talentoso luchador llamado Mike Barnes para enfrentarse a Daniel en el torneo. También convenció a John Kreese, el antiguo enemigo de Daniel y el señor Miyagi, para que lo ayudara en su plan.
Mientras tanto, Daniel había comenzado a trabajar en una tienda de bonsáis con el señor Miyagi. Un día, una joven llamada Jessica Andrews entró en la tienda y rápidamente se hicieron amigos. Jessica se convirtió en un gran apoyo para Daniel durante los difíciles momentos que estaban por venir.
Un día, mientras Daniel estaba en la tienda, Mike Barnes y sus amigos irrumpieron y comenzaron a destruir los bonsáis. Daniel intentó defenderse, pero fue derrotado por Mike. Después de la pelea, Daniel se sintió desesperado y decidió aceptar la propuesta de Terry Silver para entrenar con él.
El entrenamiento con Terry fue duro y despiadado. Daniel comenzó a cambiar, volviéndose más agresivo y violento. El señor Miyagi, preocupado por su joven amigo, decidió intervenir y enseñarle a Daniel la verdadera esencia del karate.
Señor Miyagi: Daniel-san, el karate no es solo golpear y patear. Es encontrar el equilibrio en la vida y tratar a los demás con respeto.
Daniel: Pero, señor Miyagi, ¿cómo puedo enfrentarme a Mike Barnes si no aprendo a ser más fuerte?
Señor Miyagi: La verdadera fuerza no viene de la violencia, Daniel-san. Viene de la sabiduría y la comprensión.
Daniel, dándose cuenta de su error, decidió dejar de entrenar con Terry y volver a aprender del señor Miyagi. Juntos, trabajaron en el equilibrio y la concentración, preparándose para el torneo.
Finalmente, llegó el día del torneo. Daniel se enfrentó a Mike Barnes en una emocionante y tensa batalla. A pesar de las tácticas sucias de Mike y la interferencia de Terry y John, Daniel logró mantener la calma y concentrarse en lo que el señor Miyagi le había enseñado.
En el último momento, Daniel lanzó un golpe perfectamente ejecutado que derribó a Mike, ganando el torneo y demostrando que la verdadera fuerza del karate no se encuentra en la violencia, sino en la sabiduría y el equilibrio.
Después del torneo, Terry y John fueron expuestos por sus malvadas acciones y se vieron obligados a abandonar el mundo del karate. Daniel, el señor Miyagi y Jessica celebraron su victoria y continuaron trabajando juntos en la tienda de bonsáis, compartiendo su amor por el karate y la amistad.
Y así, Daniel LaRusso y el señor Miyagi demostraron una vez más que el verdadero poder del karate no se encuentra en la fuerza bruta, sino en la sabiduría, el equilibrio y el respeto hacia los demás. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Reflexión del cuento de la película Karate Kid III
Este cuento nos lleva a reflexionar sobre el verdadero significado y poder del karate, así como sobre el valor de la sabiduría y el equilibrio en nuestras vidas. A través de la historia de Daniel LaRusso y el señor Miyagi, aprendemos que el karate no se trata simplemente de golpear y patear, sino de encontrar un equilibrio en la vida y tratar a los demás con respeto. Nos enseña que la verdadera fuerza no proviene de la violencia, sino de la sabiduría y la comprensión.
También se nos muestra la importancia de rodearnos de personas que nos apoyen y nos ayuden a mantenernos en el camino correcto. A través de la amistad de Daniel con Jessica y su mentoría con el señor Miyagi, vemos cómo el apoyo y la guía de personas positivas pueden marcar la diferencia en nuestras vidas, especialmente cuando enfrentamos desafíos y tentaciones.
Finalmente, el cuento nos invita a reflexionar sobre el poder de la perseverancia y la superación personal. A pesar de los obstáculos y las tácticas injustas de sus oponentes, Daniel no se rinde y continúa practicando y aprendiendo del señor Miyagi. Su dedicación y concentración lo llevan a la victoria y nos recuerdan la importancia de seguir adelante a pesar de las dificultades.