Cuento de la película Karate Kid II (1986)

En una noche de luna llena, en un pequeño pueblo de Okinawa, Japón, vivían dos grandes amigos, el joven Daniel LaRusso y el señor Miyagi. Un día, Miyagi recibió una carta que le informaba sobre la grave enfermedad de su padre. Decidieron viajar juntos a Okinawa para visitarlo.

Al llegar, se encontraron con Sato, el antiguo amigo y rival del señor Miyagi. Sato desafió a Miyagi a un combate de karate, pero Miyagi se negó, pues no quería pelear con su viejo amigo. Mientras tanto, Daniel conoció a Kumiko, una joven y talentosa bailarina, y se enamoró de ella.

Un día, mientras paseaban por el pueblo, Daniel y Kumiko conocieron a Chozen, el sobrino de Sato y un habilidoso luchador de karate. Chozen desafió a Daniel a una pelea, pero Daniel, siguiendo el ejemplo de Miyagi, se negó.

Mientras tanto, el padre de Miyagi empeoró y finalmente falleció. En el funeral, Sato apareció nuevamente y le dio a Miyagi un ultimátum: si no aceptaba el desafío, destruiría el pueblo. Miyagi, preocupado por la seguridad de sus amigos y vecinos, aceptó enfrentarse a Sato.

La noche antes del combate, Daniel y Kumiko fueron a un baile en el pueblo. De repente, Chozen y sus amigos irrumpieron en la fiesta y comenzaron a causar problemas. Daniel, con la ayuda de Miyagi, logró vencer a Chozen y sus amigos, pero el enfrentamiento dejó a Daniel herido.

Al día siguiente, Miyagi y Sato se enfrentaron en un emocionante combate de karate. A pesar de estar herido, Daniel decidió apoyar a su amigo y maestro. Durante la pelea, un fuerte tifón azotó el pueblo, y todos corrieron a buscar refugio.

En medio de la tormenta, Sato quedó atrapado bajo los escombros de su casa. El señor Miyagi, demostrando su valentía y bondad, decidió salvar a su antiguo amigo en lugar de continuar la pelea. Al ver el acto heroico de Miyagi, Sato cambió de opinión y decidió perdonar a su viejo amigo.

Después de la tormenta, el pueblo comenzó a reconstruirse. Sato, agradecido por la ayuda de Miyagi, decidió no destruir el pueblo y se reconcilió con su antiguo amigo. Sin embargo, Chozen no estaba dispuesto a perdonar a Daniel y lo desafió a un último combate.

Daniel y Chozen se enfrentaron en una emocionante pelea, con todo el pueblo observando. A pesar de estar herido, Daniel logró vencer a Chozen utilizando una técnica especial que Miyagi le había enseñado. Al final, Daniel se convirtió en el héroe del pueblo y ganó el respeto de todos.

Con el pueblo a salvo y la amistad entre el señor Miyagi y Sato restaurada, Daniel y Kumiko decidieron regresar a Estados Unidos. Antes de partir, Kumiko le regaló a Daniel un tambor de mano, un símbolo de su amor y amistad.

Y así, con el sol poniéndose en el horizonte, Daniel y Miyagi se despidieron de sus amigos en Okinawa y comenzaron su viaje de regreso a casa, llevando consigo recuerdos inolvidables y valiosas lecciones de vida.