Cuento de la película Doctor Strange: Hechicero supremo (2016)

En una noche oscura y tormentosa, un misterioso evento estaba a punto de cambiar el destino de un hombre. Este hombre era el Doctor Stephen Strange, un talentoso y arrogante neurocirujano que lo tenía todo: fama, fortuna y éxito. Pero un trágico accidente de coche le arrebató el uso de sus manos, y con ello, su carrera y su vida tal como la conocía.

Desesperado por recuperar sus habilidades, el Doctor Strange viajó al otro lado del mundo en busca de una cura milagrosa. En su viaje, llegó a un lugar llamado Kamar-Taj, donde conoció a la Anciana, una poderosa hechicera que le mostró un mundo de magia y dimensiones alternativas.

Doctor Strange: «¿Cómo es posible que exista todo esto? Siempre he creído en la ciencia y la medicina».

Anciana: «Hay mucho más en este universo de lo que puedes ver, Stephen. La magia es una fuerza poderosa que puede sanar y proteger, pero también puede ser peligrosa si cae en manos equivocadas».

El Doctor Strange comenzó a aprender los secretos de la magia bajo la tutela de la Anciana y su fiel discípulo, Mordo. A medida que sus habilidades crecían, también lo hacía su comprensión de la responsabilidad que conlleva ese poder.

Un día, mientras practicaba sus hechizos, el Doctor Strange descubrió un objeto mágico llamado el Ojo de Agamotto. Este poderoso artefacto tenía la capacidad de manipular el tiempo, pero también atraía a seres oscuros que ansiaban su poder.

Mordo: «Debes tener cuidado, Stephen. El Ojo de Agamotto es un objeto de gran poder, pero también puede ser muy peligroso».

Doctor Strange: «Entiendo, Mordo. Haré todo lo posible para protegerlo y usarlo sabiamente».

Pero el mal ya se estaba acercando. Un hechicero renegado llamado Kaecilius y sus seguidores, conocidos como los Zealots, buscaban apoderarse del Ojo de Agamotto para liberar a Dormammu, un ser maligno de la Dimensión Oscura que deseaba conquistar todos los mundos.

El Doctor Strange, junto con Mordo y su nueva aliada, Christine Palmer, lucharon valientemente contra Kaecilius y los Zealots para proteger el Ojo de Agamotto y salvar el mundo.

Doctor Strange: «No permitiré que destruyas todo lo que amo, Kaecilius. Juntos, detendremos a Dormammu protegeremos nuestro mundo».

Kaecilius: «¡Nunca! Dormammu nos ha prometido poder y vida eterna. ¡Nada nos detendrá!»

En la batalla final, el Doctor Strange usó el Ojo de Agamotto para atrapar a Dormammu en un bucle temporal, obligolo a abandonar sus planes de conquista y retirarse a la Dimensión Oscura.

Con el mundo a salvo, el Doctor Strange decidió dedicar su vida a proteger la Tierra de amenazas mágicas y dimensionales como el Hechicero Supremo. Aprendió que el verdadero poder no reside en la fama o la fortuna, sino en la sabiduría, la humildad y el amor por los demás.

Y así, con un corazón lleno de gratitud y un nuevo propósito en la vida, el Doctor Strange continuó sus aventuras mágicas, siempre vigilante y listo para enfrentarse a cualquier desafío que el destino le deparara. Y como dice el viejo refrán, «de la oscuridad nace la luz», y en este caso, un héroe que protegería el mundo de las som.

Y con un chasquido de sus dedos mágicos, el Doctor Strange desapareció en el aire, dejando tras de sí un rastro de estrellas brillantes y la promesa de un futuro lleno de maravillas y aventuras. Y así, queridos lectores, concluye nuestra historia, pero recuerden siempre que la magia está en todas partes, esperando ser descubierta por aquellos que creen en lo imposible. Y colorín colorado, este cuento mágico ha terminado.