Cuento de la película Annabelle (2014)

Annabelle

Había una vez, en una tranquila ciudad de Santa Mónica, California, una joven pareja, Mia y John Form. John, un dedicado estudiante de medicina, y Mia, una futura madre con una fascinación por las muñecas de porcelana.

Un día, John le regaló a Mia una muñeca de porcelana muy especial, una que había estado buscando durante mucho tiempo. «Es perfecta, John«, dijo Mia, colocando la muñeca en la estantería con las demás. La muñeca, que más tarde se conocería como Annabelle, parecía inofensiva en ese momento.

Esa misma noche, sus vidas cambiaron para siempre. Unos ruidos extraños los despertaron, y descubrieron que sus vecinos, los Higgins, habían sido atacados. John, valiente, fue a investigar, pero pronto se encontró cara a cara con los atacantes, una pareja de cultistas satánicos. En la lucha que siguió, Mia fue apuñalada en el estómago, pero sobrevivió, al igual que su bebé por nacer.

Después de este terrible incidente, Mia y John se mudaron a un apartamento en Pasadena, buscando un nuevo comienzo. Pero la muñeca Annabelle, que había sido tocada por una de las cultistas, parecía tener otros planes.

Mia comenzó a notar cosas extrañas. La muñeca parecía moverse por sí sola, y a veces, Mia juraría que podía ver a una figura sombría merodeando por su casa. «John, algo no está bien«, le dijo a su esposo, pero él no estaba convencido.

Un día, Mia conoció a Evelyn, una amable dueña de una librería que se convirtió en una amiga y confidente. Cuando Mia le contó sobre los extraños sucesos, Evelyn le ayudó a investigar y descubrieron que no era un fantasma lo que atormentaba a Mia, sino un demonio que buscaba un alma.

El demonio, utilizando a Annabelle como conducto, comenzó a atacar con más fuerza. Mia y John buscaron la ayuda del Padre Perez, quien les explicó que el demonio no podía simplemente tomar un alma, tenía que ser ofrecida.

En un giro aterrador de los acontecimientos, Mia se dio cuenta de que el demonio no estaba tras el alma de su bebé, sino la suya. En un acto de valentía y sacrificio, Evelyn ofreció su alma al demonio para salvar a Mia y a su bebé.

Finalmente, la paz volvió a la vida de Mia y John. Pero la muñeca Annabelle, ahora en posesión de una nueva dueña, continuó su oscuro legado, dejando una estela de misterio y terror a su paso.

Y así, queridos lectores, termina nuestra historia. Pero recuerden, siempre hay más de lo que se ve a simple vista, y a veces, incluso los objetos más inofensivos pueden esconder oscuros secretos. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Reflexión del cuento de la película Annabelle

Este cuento nos invita a reflexionar sobre la idea de que las apariencias pueden ser engañosas y que lo que parece inofensivo puede ocultar un lado oscuro. La muñeca de porcelana, Annabelle, representa esa apariencia inocente que esconde un demonio en su interior. A través de esta historia, se nos recuerda que no debemos dejarnos llevar únicamente por las apariencias y que debemos estar alerta a los posibles peligros que pueden acechar en lugares inesperados.

También se nos presenta el tema del sacrificio y la valentía. Evelyn, la amiga de Mia, ofrece su propia alma al demonio para salvar a Mia y a su bebé. Este acto de sacrificio nos muestra la importancia de poner a los demás por encima de uno mismo y cómo el amor y la amistad pueden llevarnos a tomar decisiones difíciles pero altruistas.

En última instancia, el cuento nos deja con una sensación de inquietud, ya que Annabelle continúa su legado de terror en manos de su nueva dueña. Esto nos recuerda que el mal puede persistir y que nuestras acciones pueden tener consecuencias duraderas. Nos invita a reflexionar sobre la naturaleza del mal y cómo podemos enfrentarlo en nuestras propias vidas.

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