Cuento de la película El Conjuro 3: El Diablo me Obligó a Hacerlo (2021)
En una noche tormentosa, en un pequeño pueblo, sucedió algo que nadie jamás olvidaría. La familia Warren, compuesta por Ed y Lorraine, eran investigadores de fenómenos paranormales. Un día, recibieron una llamada desesperada de una familia que necesitaba su ayuda.
La familia Glatzel estaba aterrorizada por un espíritu maligno que había poseído a su hijo David. Los Warren sabían que debían actuar rápido para salvar al niño y a su familia.
Ed le dijo a Lorraine: «Tenemos que ayudar a esta familia, no podemos dejar que el mal se apodere de ellos». Lorraine asintió y juntos se dirigieron a la casa de los Glatzel.
Al llegar, encontraron a David en su habitación, temblando de miedo. Ed se acercó a él y le preguntó: «¿Qué sucede, David? ¿Por qué estás tan asustado?». David respondió con voz temblorosa: «El diablo me obligó a hacer cosas malas, no quiero hacerle daño a nadie».
Lorraine sintió la presencia del espíritu maligno y supo que debían actuar rápido. Juntos, comenzaron a realizar un exorcismo para liberar a David de la posesión demoníaca.
Durante el exorcismo, el espíritu maligno luchó ferozmente para mantener el control sobre David. Ed y Lorraine se mantuvieron firmes, rezando y utilizando sus conocimientos para expulsar al demonio.
Mientras tanto, la familia Glatzel observaba con esperanza y temor, deseando que su hijo pudiera ser liberado de la terrible maldición. David gritaba y se retorcía, pero los Warren no se dejaron intimidar.
Finalmente, después de una larga y agotadora batalla, el espíritu maligno fue expulsado y David volvió a ser el niño dulce y cariñoso que siempre había sido. La familia Glatzel agradeció a los Warren por su valentía y dedicación.
Pero la historia no termina aquí. El espíritu maligno había dejado una pista que los Warren debían seguir. ¿Qué secretos oscuros descubrirían en su próxima aventura? ¿Podrían enfrentarse a un enemigo aún más poderoso y aterrador?
Ed y Lorraine sabían que su trabajo no estaba terminado y que debían continuar protegiendo a las familias de los espíritus malignos. Juntos, se enfrentarían a cualquier desafío que se les presentara, siempre unidos y decididos a vencer al mal.
Y así, en un abrir y cerrar de ojos, los Warren se embarcaron en una nueva misión, dejando atrás a la familia Glatzel con la promesa de que siempre estarían ahí para ayudar a quienes lo necesitaran. La lucha contra el mal nunca termina, pero con valientes guerreros como Ed y Lorraine, siempre hay esperanza.
Y colorín colorado, este cuento aún no se ha acabado, pues las aventuras de los Warren continúan, enfrentándose a los espíritus malignos y protegiendo a las familias de los horrores que acechan en la oscuridad.
Reflexión del cuento de la película El Conjuro 3
Este cuento nos habla de la importancia de la valentía y la dedicación en la lucha contra el mal. Los Warren, como investigadores de fenómenos paranormales, no dudan en ayudar a una familia a enfrentar la posesión demoníaca de su hijo. Su determinación y conocimientos les permiten liberar al niño de la influencia maligna. La historia nos enseña que, aunque la lucha contra el mal puede ser difícil y agotadora, la valentía y la perseverancia son fundamentales para superar los desafíos y proteger a quienes lo necesitan.
Además, el cuento también nos muestra que el mal no se detiene y que siempre habrá nuevos desafíos por enfrentar. Aunque los Warren logran liberar a David, el espíritu maligno deja una pista que los lleva a una nueva aventura. Esto nos recuerda que la lucha contra el mal es constante y que es necesario estar siempre preparados y dispuestos a enfrentar cualquier enemigo que se presente. La historia nos invita a mantener la esperanza y a confiar en el coraje y la determinación de aquellos que se enfrentan a los horrores de la oscuridad.
En última instancia, este cuento nos transmite el mensaje de que el bien siempre prevalecerá sobre el mal cuando existan personas dispuestas a enfrentarlo. Los Warren representan a aquellos héroes valientes que dedican su vida a proteger a otros de los peligros sobrenaturales. Su compromiso y lealtad hacia la lucha contra el mal nos inspira a enfrentar nuestros propios miedos y a mantener la esperanza en la victoria final sobre las fuerzas malignas que pueden acechar en nuestras vidas.