Cuento de la película Hambre de Poder (2016)
Había una vez, en un lejano pueblo, un hombre llamado Ray Kroc que soñaba con hacer algo grande. Un día, mientras trabajaba como vendedor de batidoras, escuchó hablar de un restaurante llamado McDonald’s que tenía un sistema revolucionario para preparar comida rápida.
Ray decidió visitar el restaurante y conocer a los dueños, los hermanos Richard y Maurice McDonald. Al llegar, quedó impresionado por la eficiencia del lugar y la rapidez con la que servían la comida».
¿Cómo lo hacen?», preguntó Ray a los hermanos McDonald.
Richard y Maurice le explicaron que habían creado un sistema llamado Speedee Service System, que permitía preparar hamburguesas, papas fritas y refrescos en tiempo récord.
Ray, emocionado, les propuso a los hermanos McDonald expandir su negocio por todo el país. Al principio, los hermanos dudaron, pero Ray les aseguró que él se encargaría de todo.
Así comenzó la aventura de Ray Kroc y los hermanos McDonald. Juntos, abrieron nuevos restaurantes y contrataron a personas como June Martino, que se convirtió en la mano derecha de Ray, y Harry Sonneborn, un experto en finanzas.
Pero a medida que el negocio crecía, Ray y los hermanos McDonald empezaron a tener diferencias. Ray quería expandir el negocio aún más rápido y cambiar algunas cosas, mientras que los hermanos McDonald querían mantener el control y seguir con sus ideas originales.
Un día, Ray y Richard tuvieron una conversación muy importante:
Ray: «Richard, tenemos que expandirnos más rápido. ¡Imagina cuántas personas podrían disfrutar de nuestras hamburguesas!»
Richard: «Ray, entiendo tus deseos, pero no podemos perder el control de lo que hemos creado. Tenemos que mantener la calidad y la eficiencia que nos caracteriza».
Ray: «Pero si no nos expandimos, alguien más lo hará y perderemos la oportunidad de ser los mejores».
La discusión continuó, pero ninguno de los dos logró convencer al otro. Entonces, Ray tomó una decisión que cambiaría el rumbo de la historia: compró a los hermanos McDonald su parte del negocio y se convirtió en el único dueño de la compañía.
Con el control total de la empresa, Ray siguió expandiendo McDonald’s por todo el país y, eventualmente, por todo el mundo. A pesar de las dificultades y los desafíos, Ray nunca dejó de soñar en grande y trabajar duro para alcanzar sus metas.
Y así, gracias al empeño y la visión de Ray Kroc, McDonald’s se convirtió en uno de los restaurantes de comida rápida más famosos y exitosos del mundo. Aunque los hermanos McDonald no estuvieron de acuerdo con algunas de las decisiones de Ray, no se puede negar que su colaboración inicial fue fundamental para el éxito de la empresa.
Y colorín colorado, este cuento de éxito, esfuerzo y perseverancia se ha acabado.
Reflexión del cuento de la película Hambre de Poder
Este cuento nos muestra la importancia de perseguir nuestros sueños y trabajar arduamente para alcanzar nuestras metas. Ray Kroc, a pesar de comenzar como un simple vendedor de batidoras, nunca dejó de soñar en grande y buscar oportunidades para lograr algo extraordinario. Su determinación y visión lo llevaron a colaborar con los hermanos McDonald y transformar un pequeño restaurante en una franquicia globalmente exitosa. El cuento también nos enseña que el éxito a menudo implica tomar decisiones difíciles y enfrentar desafíos, pero si perseveramos y nos mantenemos enfocados en nuestras metas, podemos lograr resultados extraordinarios.
Además, el cuento resalta la importancia de la adaptabilidad y la capacidad de cambio en el mundo empresarial. Aunque los hermanos McDonald tenían una visión inicial clara y querían mantener el control de su negocio, Ray Kroc vio oportunidades de crecimiento y expansión que requerían modificaciones y ajustes. Aunque esto generó diferencias entre ellos, muestra cómo la innovación y la disposición para adaptarse pueden ser cruciales para alcanzar el éxito a largo plazo. A veces, es necesario tomar decisiones difíciles y arriesgadas para aprovechar al máximo una oportunidad.