Cuento de la película Dios No Está Muerto 2 (2016)

Había una vez, en una tranquila ciudad, una profesora de historia llamada Grace Wesley. Grace era muy querida por sus estudiantes, siempre dispuesta a enseñarles sobre los grandes líderes del pasado y cómo sus enseñanzas podían aplicarse a la vida cotidiana.

Un día, durante una de sus clases, una estudiante llamada Brooke Thawley le hizo una pregunta a Grace. «Profesora Wesley», preguntó Brooke, ¿Cuál es la similitud entre Gandhi, Martin Luther King Jr. y Jesús?.

Grace, siempre dispuesta a fomentar la curiosidad de sus estudiantes, respondió citando las enseñanzas de Jesús. Sin embargo, lo que parecía una simple respuesta a una pregunta de un estudiante, pronto se convirtió en un gran problema.

La Directora Kinney, una mujer estricta y regida por las reglas, se enteró de la conversación en clase y acusó a Grace de violar las leyes de separación de iglesia y estado. La directora Kinney, junto con el Consejo Escolar, decidió suspender a Grace y amenazó con revocar su certificado de enseñanza.

Grace, sin embargo, no estaba dispuesta a disculparse. Creía firmemente en su derecho a responder a las preguntas de sus estudiantes y no iba a permitir que la intimidaran. Así que decidió luchar.

Contrató a un joven abogado llamado Tom Endler para defenderla en la corte. Tom no era cristiano, pero respetaba las convicciones de Grace y estaba dispuesto a luchar por su derecho a expresarlas.

El juicio fue un gran espectáculo. El abogado del otro lado, un hombre llamado Pete Kane, era un tiburón en la corte. Estaba decidido a probar que Dios estaba muerto y que Grace estaba equivocada.

Pero Grace y Tom no se dejaron intimidar. Juntos, presentaron un argumento poderoso sobre la importancia histórica de la discusión en el aula de Grace. A pesar de las dificultades, Grace nunca perdió la fe.

Mientras tanto, el Reverendo Dave y otros miembros de la comunidad cristiana apoyaban a Grace. Sabían que lo que estaba en juego era más que el trabajo de una profesora; era la libertad de expresar sus creencias.

Finalmente, después de un juicio lleno de tensiones y emociones, el jurado decidió a favor de Grace. Había ganado su batalla y había demostrado que no estaba mal hablar de Dios en la escuela.

El juicio había terminado, pero la historia de Grace había tocado a muchas personas. Había demostrado que la fe es algo que se debe respetar y que no se puede silenciar.

Y así, después de una larga batalla, Grace pudo volver a su aula, a enseñar a sus estudiantes sobre los grandes líderes del pasado y las lecciones que podemos aprender de ellos.

Y como dice el dicho, y colorín colorado este cuento se ha acabado. Pero la historia de Grace Wesley, la profesora que se atrevió a hablar de Dios en su aula, seguirá siendo recordada y contada por generaciones.