Cuento de la película El viaje de Chihiro (2001)

En un lugar donde los sueños cobran vida, había una vez una niña llamada Chihiro que, junto a sus padres, se adentró en un misterioso túnel. Al otro lado, encontraron un extraño pueblo aparentemente abandonado. Sin saberlo, habían cruzado al mundo de los espíritus.

Los padres de Chihiro encontraron un banquete de deliciosos manjares y, sin pensarlo dos veces, comenzaron a comer. Pero algo extraño sucedió: se convirtieron en cerdos. Chihiro estaba aterrada y no sabía qué hacer.

– ¡Mamá, papá! ¿Qué les ha pasado? – gritó Chihiro.

En ese momento, apareció un misterioso joven llamado Haku que le dijo:

– Chihiro, debes esconderse antes de que oscurezca. Este lugar es peligroso para los humanos.

Chihiro siguió a Haku y se escondieron en una cabaña. Haku le explicó que para salvar a sus padres, debía trabajar en la Casa de Baños dirigida por la malvada bruja Yubaba.

– ¿Cómo voy a trabajar aquí? – preguntó Chihiro con miedo.

– No te preocupes, yo te ayudaré – respondió Haku.

Al día siguiente, Chihiro fue a pedir trabajo a Yubaba. La bruja aceptó, pero le quitó su nombre y la llamó Sen.

– A partir de ahora, te llamarás Sen y trabajarás para mí – dijo Yubaba con una risa malvada.

Mientras trabajaba en la Casa de Baños, Chihiro conoció a muchos espíritus y criaturas extrañas. Un día, un misterioso sin rostro llegó a la Casa de Baños y comenzó a causar problemas.

– ¡Sen, debes hacer algo! – le dijo Haku.

Chihiro decidió enfrentarse al sin rostro y, con valentía, lo invitó a salir de la Casa de Baños. Para su sorpresa, el sin rostro aceptó y se fue en paz.

– ¡Lo lograste, Sen! – exclamó Haku con una sonrisa.

Pero Chihiro aún debía salvar a sus padres. Haku le reveló que él también estaba atrapado por Yubaba y que juntos podrían recuperar sus nombres y escapar.

– Tenemos que encontrar nuestros contratos y romperlos – dijo Haku.

Después de enfrentar muchos desafíos, Chihiro y Haku encontraron sus contratos y los rompieron. Al hacerlo, recuperaron sus nombres y Yubaba ya no tenía poder sobre ellos.

– ¡Lo hicimos, Chihiro! Ahora podemos irnos – dijo Haku.

Antes de partir, Chihiro tuvo que enfrentar un último desafío: reconocer a sus padres entre un grupo de cerdos. Confiando en su corazón, Chihiro eligió correctamente y sus padres volvieron a ser humanos.

Juntos, Chihiro, sus padres y Haku regresaron al mundo humano. Al salir del túnel, Chihiro miró hacia atrás y sonrió, sabiendo que había vivido una increíble aventura.

Y así, con un suspiro de alivio y una sonrisa en el rostro, Chihiro y su familia continuaron su viaje, llevando consigo recuerdos que nunca olvidarían. Y en un abrir y cerrar de ojos, la magia se desvaneció en el aire.