Cuento de la película La Forma del Agua (2017)

La Forma del Agua

Había una vez, en una época de misterio y secretos, un lugar donde lo imposible se volvía realidad. En ese lugar, vivían Elisa, una mujer muda, y su vecino Giles, un artista solitario. Juntos, descubrieron algo extraordinario que cambiaría sus vidas para siempre.

Un día, en el laboratorio donde trabajaba Elisa, llegó una criatura misteriosa capturada en un río de Sudamérica. El ser, conocido como El Hombre Anfibio, era mantenido en cautiverio por el malvado Richard Strickland, quien quería utilizarlo para fines militares.

Elisa sintió una conexión especial con El Hombre Anfibio y comenzó a visitarlo en secreto. Durante sus encuentros, se comunicaban a través del lenguaje de señas y compartían momentos de ternura.

Un día, Elisa le dijo a Giles sobre la criatura. Giles, preocupado por su amiga, le preguntó:

– ¿Estás segura de que es seguro acercarse a él?

Elisa respondió con firmeza:

– Sí, él no es un monstruo. Es un ser vivo que merece nuestra ayuda.

Elisa y Giles decidieron idear un plan para liberar a El Hombre Anfibio antes de que Strickland pudiera hacerle daño. Con la ayuda de Dr. Hoffstetler, un científico que también quería proteger a la criatura, llevaron a cabo su misión.

Mientras tanto, Strickland se dio cuenta de la desaparición de la criatura y comenzó a buscarla desesperadamente. En su búsqueda, interrogó a Zelda, la compañera de trabajo y amiga de Elisa.

– ¿Dónde está la criatura? – preguntó Strickland con furia.

– No lo sé – respondió Zelda con valentía, protegiendo a su amiga.

Elisa y Giles escondieron a El Hombre Anfibio en el apartamento de Giles, donde cuidaron de él y lo mantuvieron a salvo. Con el tiempo, Elisa y El Hombre Anfibio se enamoraron profundamente el uno del otro.

Sin embargo, Strickland no se detuvo en su búsqueda y finalmente encontró a la criatura. En un enfrentamiento final, El Hombre Anfibio defendió a Elisa y a sus amigos, derrotando a Strickland.

Con Strickland fuera de sus vidas, Elisa y El Hombre Anfibio sabían que no podían quedarse en la ciudad. Juntos, se sumergieron en el agua, donde El Hombre Anfibio le dio a Elisa la capacidad de respirar bajo el agua.

Y así, Elisa y El Hombre Anfibio comenzaron una nueva vida juntos en el fondo del océano, donde su amor floreció y vivieron felices para siempre. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Reflexión del cuento de la película La Forma del Agua

Este cuento nos invita a reflexionar sobre la importancia de la empatía y la inclusión. A pesar de las diferencias y barreras de comunicación, Elisa encuentra una conexión especial con El Hombre Anfibio y reconoce su humanidad. A través de su valentía y determinación para protegerlo, demuestra que todas las criaturas merecen ser tratadas con respeto y compasión. Además, el cuento resalta la importancia de la amistad y la solidaridad, ya que Elisa encuentra apoyo en su vecino Giles y en el científico Dr. Hoffstetler. Juntos, demuestran que cuando nos unimos en pos de una causa justa, podemos lograr grandes cosas y superar las adversidades.

Otra reflexión presente en este cuento es la lucha contra la injusticia y la opresión. El malvado Richard Strickland representa el abuso de poder y la crueldad, utilizando a El Hombre Anfibio para fines militares sin tener en cuenta su bienestar. Elisa y sus amigos se rebelan contra este abuso, arriesgando sus propias vidas para liberar a la criatura y protegerla. Este aspecto del cuento nos lleva a cuestionar las acciones injustas que ocurren en nuestra propia sociedad y nos inspira a tomar una postura contra la opresión y a luchar por la libertad y la justicia.

Por último, este cuento nos habla del poder del amor y la capacidad de trascender las barreras. A pesar de la incapacidad de Elisa para hablar y la apariencia física única de El Hombre Anfibio, su conexión emocional es profunda y significativa. Su amor desafía las convenciones sociales y nos muestra que el verdadero amor no se basa en la apariencia o en la capacidad de comunicarse verbalmente, sino en la conexión del alma. Nos invita a mirar más allá de las diferencias superficiales y a valorar el amor y la conexión genuina entre las personas, independientemente de su forma o apariencia.

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