Cuento de la película Chicas sin freno (Roller Girls) (2009)
En un lugar donde los sueños cobran vida, había una vez un grupo de chicas llamadas Chicas sin freno (Roller Girls). Estas chicas eran muy especiales, ya que patinaban sobre ruedas y competían en emocionantes carreras. Un día, la protagonista, Bliss Cavendar, decidió unirse a ellas y cambiar su vida para siempre.
Bliss era una joven de 17 años que vivía en un pequeño pueblo de Texas. Su madre, Brooke Cavendar, quería que Bliss participara en concursos de belleza, pero ella soñaba con algo más emocionante. Un día, mientras compraba en una tienda de ropa, Bliss descubrió un folleto sobre las Chicas sin freno y sintió que ese era su destino.
En su primer entrenamiento, Bliss conoció a Maggie Mayhem, una de las mejores patinadoras del equipo. Maggie le enseñó a Bliss cómo patinar y le dio valiosos consejos.
Maggie Mayhem: «Recuerda, Bliss, lo más importante es nunca rendirse y siempre dar lo mejor de ti».
Bliss Cavendar: «¡Gracias, Maggie! Haré todo lo posible para ser una gran patinadora».
Bliss se esforzó mucho y, con el tiempo, se convirtió en una de las mejores patinadoras del equipo. Juntas, las Chicas sin freno ganaron muchas competencias y se hicieron muy populares.
Un día, Bliss conoció a Oliver, un músico que también patinaba. Se enamoraron y comenzaron a salir juntos. Sin embargo, Bliss sabía que tenía que mantener su relación en secreto, ya que su madre no aprobaría.
Mientras tanto, las Chicas sin freno se enfrentaron a su mayor desafío: una competencia contra el equipo rival, las Iron Maven. Las Iron Maven eran conocidas por ser muy rudas y difíciles de vencer.
Antes de la gran competencia, Bliss y su mejor amiga, Pash, tuvieron una conversación importante.
Pash: «Bliss, sé que amas a Oliver, pero no puedes dejar que eso te distraiga de la competencia. Las Chicas sin freno te necesitan».
Bliss Cavendar: «Tienes razón, Pash. Haré todo lo posible para ayudar a nuestro equipo a ganar».
Llegó el día de la competencia, y las Chicas sin freno estaban listas para enfrentarse a las Iron Maven. Fue una carrera emocionante y llena de acción. Bliss demostró su habilidad y valentía al enfrentarse a las patinadoras rivales.
Finalmente, en un emocionante final, las Chicas sin freno lograron vencer a las Iron Maven y ganaron la competencia. Bliss se convirtió en la heroína del equipo y todos celebraron su victoria.
Después de la competencia, Bliss decidió contarle a su madre sobre su vida como patinadora y su relación con Oliver. Aunque al principio Brooke estaba enojada, finalmente aceptó la pasión de su hija por el patinaje y su amor por Oliver.
Brooke Cavendar: «Bliss, aunque no entiendo por qué amas tanto el patinaje, estoy orgullosa de ti por seguir tus sueños».
Bliss Cavendar: «Gracias, mamá. Te prometo que siempre daré lo mejor de mí».
Y así, Bliss y las Chicas sin freno continuaron compitiendo y ganando carreras, demostrando que con esfuerzo, dedicación y amor por lo que hacen, todo es posible. Y en un abrir y cerrar de ojos, el cuento llegó a su fin.
Reflexión del cuento de la película Chicas sin freno (Roller Girls)
El cuento de las Chicas sin freno destaca la importancia de seguir tus pasiones y perseguir tus sueños, incluso si eso significa desafiar las expectativas de los demás. Bliss, la protagonista, rechaza la idea de su madre de participar en concursos de belleza y en su lugar, se une a un equipo de patinaje de velocidad. Ella se enfrenta a muchos desafíos en su camino, incluyendo la necesidad de mantener en secreto su relación con Oliver, y la difícil competencia contra el equipo rival, las Iron Maven.
A través del apoyo y la orientación de sus amigos, Bliss aprende la importancia de no rendirse, dar lo mejor de sí misma y trabajar duro para alcanzar sus metas. En última instancia, ella es capaz de superar los obstáculos y se convierte en una patinadora exitosa, ganando la admiración de su equipo y de su madre.