Cuento de la película Transformers (2007)

En una noche estrellada, un misterioso objeto cruzó el cielo, dejando tras de sí un rastro de luz y asombro. Los habitantes del pequeño pueblo no sabían que sus vidas cambiarían para siempre.

Sam Witwicky, un joven de 17 años, estaba emocionado por conseguir su primer coche. Pero lo que no sabía era que ese coche no era un vehículo común y corriente. Era un Autobot llamado Bumblebee, que había venido a la Tierra para proteger a Sam y a la humanidad de los malvados Decepticons.

Un día, mientras Sam estaba en la escuela, Bumblebee se transformó en un robot gigante y comenzó a hablar con él.

Bumblebee: «Sam, soy un Autobot y he venido a protegerte. Los Decepticons están buscando algo muy importante y no podemos permitir que lo encuentren».

Sam: «¿Qué es lo que buscan?»

Bumblebee: «Es un secreto que sólo tú puedes descubrir. Pero primero, debemos encontrar a otros Autobots para ayudarnos en esta misión».

Mientras tanto, en otra parte del pueblo, la joven Mikaela Banes también descubrió que su camión de remolque era en realidad un Decepticon llamado Barricada. Barricada intentó capturar a Mikaela, pero Bumblebee y Sam llegaron justo a tiempo para salvarla.

Juntos, los tres comenzaron la búsqueda de los otros Autobots. Pronto se encontraron con Optimus Prime, el líder de los Autobots, y sus compañeros Ironhide, Ratchet y Jazz.

Optimus Prime: «Sam, eres el único que puede ayudarnos a encontrar el Cubo Allspark, una fuente de energía increíblemente poderosa que los Decepticons quieren usar para conquistar el universo. Debemos encontrarlo antes que ellos».

Con la ayuda de los Autobots, Sam y Mikaela descubrieron que el secreto del Cubo Allspark estaba escondido en los anteojos de su bisabuelo, que había sido un explorador en el Ártico. Juntos, localizaron el Cubo Allspark y se prepararon para enfrentarse a los Decepticons en una batalla épica.

La lucha fue intensa, con los Autobots y los Decepticons enfrentándose en una guerra sin cuartel. Pero al final, Optimus Prime y sus valientes compañeros lograron derrotar al líder de los Decepticons, Megatron, y salvar el Cubo Allspark.

Optimus Prime: «Gracias, Sam y Mikaela, por ayudarnos a proteger el Cubo Allspark y salvar la Tierra. Ahora, los Autobots y los humanos pueden vivir en paz y armonía».

Sam: «Fue un honor luchar a su lado, Optimus Prime. Siempre recordaremos esta increíble aventura».

Y así, con la ayuda de sus nuevos amigos Autobots, Sam y Mikaela habían salvado al mundo de la amenaza de los Decepticons. Aunque sabían que podrían enfrentarse a más desafíos en el futuro, estaban seguros de que, juntos, podrían enfrentar cualquier cosa que les esperara.

Y con un destello de luz y un rugido de motores, los Autobots se unieron a sus amigos humanos para proteger la Tierra, y así, en un abrir y cerrar de ojos, se convirtieron en leyendas.

Y como dice el viejo refrán, «donde hay humo, hay fuego», y en este caso, el fuego era la amistad y el coraje que unió a dos mundos en una épica batalla por la justicia.