Cuento de la película Terminator 2: El juicio final (1991)

Terminator 2: El juicio final

En un lugar donde el tiempo no tenía límites, existía un mundo en el que las máquinas y los humanos luchaban por la supervivencia. En este mundo, un valiente guerrero llamado John Connor lideraba a los humanos en su lucha contra las máquinas. Un día, las máquinas decidieron enviar a un Terminator T1000 al pasado para eliminar a John Connor cuando era niño.

Mientras tanto, en el pasado, el joven John Connor vivía una vida normal, sin saber que estaba destinado a ser el líder de la resistencia humana. Un día, mientras jugaba en el parque, apareció un extraño hombre de metal líquido, el Terminator T1000. Este ser estaba decidido a cumplir su misión y eliminar a John.

Pero el destino tenía otros planes. Los humanos también habían enviado a un protector al pasado, un Terminator T800, para proteger a John y asegurar su futuro como líder. El T800 encontró a John justo a tiempo y lo salvó del ataque del T1000.

John: ¿Quién eres tú? ¿Por qué me estás ayudando?

T800: Soy un Terminator T800 enviado por la resistencia humana para protegerte. El T1000 ha venido a eliminarte, pero no lo permitiré.

A partir de ese momento, el T800 y John se convirtieron en compañeros inseparables. Juntos, enfrentaron al T1000 en numerosas ocasiones, siempre logrando escapar de sus garras. Pero, ¿cómo podrían detener a esta máquina imparable?

John: ¿Hay alguna forma de detener al T1000?

T800: Sí, pero no será fácil. Necesitamos encontrar una manera de destruirlo por completo.

Mientras tanto, el T1000 seguía buscando a John, decidido a cumplir su misión. Pero cada vez que se acercaba, el T800 y John lograban escapar. El T1000 comenzó a darse cuenta de que no podría atraparlos por sí mismo, así que decidió buscar ayuda.

El Terminator T1000 encontró a un grupo de máquinas y les pidió que lo ayudaran a capturar a John. Juntos, idearon un plan para tenderle una trampa a John y al T800.

John y el T800 se enteraron del plan del T1000 y decidieron enfrentarlo en su propio juego. Idearon un plan para engañar al T1000 y llevarlo a un lugar donde pudieran destruirlo de una vez por todas.

El día de la confrontación final llegó. El T800 y John atrajeron al T1000 a una fábrica de acero, donde había un enorme horno de fundición. El T1000 cayó en la trampa y fue empujado al horno por el T800.

Mientras el T1000 se derretía en el horno, el T800 miró a John y dijo: «Hasta la vista, baby«. Con el T1000 destruido, el futuro de John estaba asegurado, y la resistencia humana tenía una nueva esperanza.

Y así, en un abrir y cerrar de ojos, la aventura llegó a su fin. John y el Terminator T800 habían salvado el futuro de la humanidad, y juntos, continuaron luchando por un mundo en el que las máquinas y los humanos pudieran coexistir en paz.

Reflexión del cuento de la película Terminator 2

Este cuento reflexiona sobre la importancia del destino y las segundas oportunidades. A pesar de estar destinado a ser el líder de la resistencia humana, John Connor llevaba una vida normal hasta que el T1000 apareció en su camino. Sin embargo, el destino intervino al enviar al T800 para protegerlo y asegurar su futuro. La historia muestra cómo nuestras vidas pueden cambiar en un instante y cómo incluso cuando enfrentamos desafíos aparentemente insuperables, el destino puede proporcionar una solución inesperada.

Además, este cuento también destaca la importancia de la perseverancia y la determinación. Tanto el T800 como John se enfrentan constantemente al T1000, un enemigo formidable. A pesar de las dificultades, nunca se rinden y siempre encuentran una manera de escapar y continuar su lucha. Esta historia nos enseña que incluso cuando nos enfrentamos a obstáculos aparentemente insuperables, si mantenemos la determinación y buscamos soluciones creativas, podemos superar cualquier desafío.

Por último, el cuento plantea la idea de la coexistencia pacífica entre humanos y máquinas. Aunque inicialmente se presenta una guerra entre ellos, al final, John y el T800 trabajan juntos para asegurar un futuro en el que humanos y máquinas puedan vivir en armonía. Esta reflexión nos invita a considerar la posibilidad de encontrar soluciones pacíficas a los conflictos y a buscar formas de convivir en equilibrio con la tecnología y las máquinas en lugar de verlas como enemigos irreconciliables.

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