Cuento de la película E.T. El Extraterrestre (1982)
Había una vez un pequeño extraterrestre llamado E.T. que se encontraba perdido en un planeta desconocido. Después de haber sido abandonado por su nave espacial, E.T. se encontró solo y asustado en un bosque oscuro y tenebroso. Sin embargo, su suerte cambió cuando se encontró con un niño llamado Elliott, quien lo llevó a su casa para ayudarlo.
E.T. y Elliott rápidamente se hicieron amigos, y Elliott prometió ayudar a E.T. a encontrar su camino de regreso a casa. Pero no sería fácil, ya que E.T. estaba a millones de kilómetros de su hogar en el espacio exterior.
Mientras tanto, la madre de Elliott, Mary, comenzó a notar cosas extrañas en su casa. Había objetos que se movían solos, y extrañas luces brillaban en la noche. Elliott intentó explicarle a su madre que era E.T. quien estaba detrás de todo esto, pero ella no le creyó.
Un día, Elliott y sus amigos Michael y Tyler decidieron ayudar a E.T. a construir una nave espacial para que pudiera regresar a su hogar. Trabajaron duro durante días, recolectando materiales y construyendo la nave en secreto.
Finalmente, llegó el día en que E.T. debía partir. Elliott estaba triste de tener que despedirse de su amigo, pero sabía que era lo correcto. E.T. se despidió de todos, y subió a la nave espacial que habían construido.
Justo cuando la nave estaba a punto de despegar, Mary llegó corriendo y se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. Se dio cuenta de que E.T. era real, y que su hijo había estado diciendo la verdad todo el tiempo.
La nave despegó, y Elliott y sus amigos observaron mientras E.T. se alejaba en el espacio. Sabían que nunca lo olvidarían, y que siempre tendrían un lugar especial en sus corazones para su amigo extraterrestre.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Reflexión del cuento de la película E.T. El Extraterrestre
Este cuento nos enseña la importancia de la amistad y la solidaridad. A pesar de ser diferentes y provenir de mundos distintos, E.T. y Elliott establecen un vínculo fuerte y genuino. A través de su amistad, superan obstáculos y se apoyan mutuamente para lograr sus objetivos. El cuento nos muestra que la verdadera amistad no conoce barreras y que cuando nos unimos y colaboramos, podemos lograr cosas extraordinarias.
Además, el cuento nos invita a creer en lo que los demás nos cuentan y a confiar en nuestras propias experiencias. Aunque Elliott intenta explicar a su madre la existencia de E.T., ella no le cree hasta presenciar los hechos por sí misma. Esto nos recuerda que debemos estar abiertos a escuchar y comprender las experiencias de los demás, incluso si parecen extrañas o improbables. La historia nos muestra que a veces es necesario dejar de lado nuestras dudas y prejuicios para descubrir la verdad.
Por último, el cuento nos habla sobre la importancia de dejar ir a las personas que amamos, aunque sea difícil. Aunque Elliott estaba triste por tener que despedirse de E.T., entendió que era lo mejor para su amigo. Aprende a valorar los momentos compartidos y acepta que algunas relaciones son temporales. Nos enseña que el amor verdadero implica dejar a las personas ir y permitirles seguir su propio camino, incluso si eso significa separarse.