Cuento de la película Revenant: El renacido (2015)

En una tierra lejana y desconocida, donde la nieve cubría todo como un manto blanco, comenzó una historia de valentía y supervivencia. Hugh Glass, un explorador legendario, lideraba una expedición en busca de riquezas y aventuras. Pero lo que no sabían era que esta travesía pondría a prueba su coraje y determinación.

Un día, mientras Hugh Glass cazaba en el bosque, un enorme oso lo atacó ferozmente. Sus compañeros de equipo, John Fitzgerald, Jim Bridger y Andrew Henry, escucharon sus gritos y corrieron a ayudarlo. Cuando llegaron, encontraron a Hugh gravemente herido y al borde de la muerte.

John Fitzgerald dijo con preocupación: «No podemos cargar con él, nos retrasará y pondrá en peligro a todo el grupo». Andrew Henry respondió: «No podemos dejarlo aquí, es nuestro amigo y compañero». Después de una larga discusión, decidieron que Jim Bridger y John Fitzgerald se quedarían con Hugh hasta que muriera, mientras que Andrew Henry y el resto del equipo continuarían la expedición.

Pero John Fitzgerald tenía otros planes. Convenció a Jim Bridger de que Hugh Glass no sobreviviría y lo mejor era abandonarlo. Así que lo dejaron solo en el bosque, herido y sin esperanza.

Sin embargo, Hugh Glass no estaba dispuesto a rendirse. A pesar del dolor y las heridas, comenzó a arrastrarse por el frío suelo, decidido a sobrevivir y encontrar a sus compañeros. Durante días, luchó contra el hambre, el frío y los animales salvajes, mientras se aferraba a la vida con todas sus fuerzas.

Mientras tanto, Jim Bridger y John Fitzgerald se reunieron con Andrew Henry y el resto del equipo. Les contaron que Hugh Glass había muerto y que habían enterrado su cuerpo. Pero Andrew sospechaba que algo no estaba bien y decidió regresar al lugar donde habían dejado a Hugh.

Para su sorpresa, encontraron a Hugh Glass vivo, aunque muy debilitado. Andrew Henry se acercó a él y le dijo: «No puedo creer que hayas sobrevivido, Hugh. Eres un verdadero guerrero». Hugh respondió con voz débil: «No moriré hasta encontrar a quienes me abandonaron y hacerles pagar por lo que hicieron».

Con la ayuda de Andrew Henry y el resto del equipo, Hugh Glass se recuperó lentamente. Juntos, emprendieron la búsqueda de John Fitzgerald y Jim Bridger, decididos a enfrentarlos y hacer justicia.

Después de un largo y peligroso viaje, finalmente encontraron a John Fitzgerald y Jim Bridger. Hugh Glass los enfrentó y les dijo: «Me abandonaron y me dieron por muerto, pero aquí estoy, listo para enfrentarlos». John Fitzgerald intentó defenderse, pero Hugh no estaba dispuesto a perdonar.

Al final, Hugh Glass decidió perdonar a Jim Bridger, quien había sido engañado por John Fitzgerald. Pero John tuvo que enfrentar las consecuencias de sus acciones y fue castigado por su traición.

Con la justicia restaurada y la traición castigada, Hugh Glass y sus amigos regresaron a casa, habiendo aprendido una valiosa lección sobre la amistad, la lealtad y la fuerza del espíritu humano. Y así, en medio de la nieve y el frío, concluye esta historia de valentía y supervivencia, demostrando que incluso en las situaciones más difíciles, el amor y la determinación pueden triunfar. Y como dice el viejo refrán: «Al mal tiempo, buena cara».