Cuento de la película El único y gran Iván (2020)

Había una vez, en un pequeño y olvidado circo, un grupo de animales muy especiales que vivían en cautiverio. Entre ellos, se encontraba El único y gran Iván, un gorila plateado que tenía un talento único para pintar. Un día, mientras Iván estaba en su jaula, escuchó a los otros animales hablar sobre un nuevo integrante que llegaría al circo.

Stella, la sabia elefanta, dijo: «He oído que es una pequeña elefanta llamada Ruby. Estoy emocionada por conocerla, pero también me preocupa su futuro en este lugar».

Bob, el perro callejero, respondió: «No te preocupes, Stella. Juntos, encontraremos una manera de ayudar a Ruby y a todos nosotros a encontrar un hogar mejor».

La llegada de Ruby al circo generó mucha intriga entre los animales, y todos estaban ansiosos por conocerla. Iván, en particular, sentía una conexión especial con la pequeña elefanta, ya que ambos compartían el amor por el arte.

Un día, mientras Iván y Ruby estaban pintando juntos, Julia, la hija del cuidador del circo, se acercó a ellos y les dijo: «He visto sus pinturas y creo que son increíbles. Si mostramos sus obras al mundo, tal vez podamos encontrar un hogar mejor para todos ustedes».

Los animales se emocionaron con la idea y comenzaron a trabajar juntos para crear las más hermosas pinturas que el mundo haya visto. Iván y Ruby se convirtieron en los mejores amigos, y sus obras de arte comenzaron a llamar la atención de la gente fuera del circo.

Un día, un hombre llamado George visitó el circo y quedó maravillado con las pinturas de Iván y Ruby. George era un periodista que decidió escribir un artículo sobre los talentosos animales y su deseo de encontrar un hogar mejor.

El artículo de George se volvió viral, y la gente de todo el mundo comenzó a exigir que los animales del circo fueran liberados y llevados a un santuario donde pudieran vivir en paz y libertad.

El dueño del circo, Mack, al ver la presión del público, decidió que era hora de hacer lo correcto y liberar a los animales. Con lágrimas en los ojos, Mack les dijo a Iván, Ruby y los demás: «Sé que no siempre he sido el mejor cuidador, pero quiero que sepan que los amo y quiero que sean felices. Los llevaré a un santuario donde podrán vivir en libertad».

Los animales, emocionados y agradecidos, se despidieron de Julia y Bob, quienes también encontraron un hogar amoroso. Iván, Ruby y Stella fueron llevados al santuario, donde finalmente pudieron vivir en paz y libertad, rodeados de otros animales y de la naturaleza.

En el santuario, Iván y Ruby continuaron pintando y compartiendo su amor por el arte con el mundo. Sus pinturas se convirtieron en símbolos de esperanza y libertad para todos los animales en cautiverio.

Y así, gracias al talento y la amistad de Iván y Ruby, y al apoyo de personas como Julia y George, los animales del circo encontraron un hogar mejor y aprendieron que, juntos, podían cambiar el mundo.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.