Cuento de la película Toy Story 3 (2010)

Había una vez, en una habitación llena de juguetes, un misterio que mantenía a todos los personajes en vilo. Los juguetes, liderados por Woody y Buzz Lightyear, se preguntaban qué les depararía el futuro ahora que su dueño, Andy, estaba a punto de irse a la universidad.

Un día, mientras los juguetes discutían sobre su destino, Woody les dijo: «Amigos, debemos estar preparados para cualquier cosa. No sabemos si Andy nos llevará con él o si nos dejará aquí». Buzz asintió y agregó: «Lo importante es que nos mantengamos unidos, pase lo que pase».

Por error, los juguetes terminaron en una caja destinada a la guardería Sunnyside. Allí conocieron a Lotso, un oso de peluche que olía a fresas y parecía amable. Lotso les dio la bienvenida y les presentó a otros juguetes, como Ken, Big Baby y Stretch.

Al principio, todos estaban emocionados por la idea de ser juguetes en una guardería, donde siempre habría niños para jugar con ellos. Pero pronto descubrieron que Sunnyside no era el paraíso que parecía. Los juguetes nuevos eran maltratados por los niños más pequeños y Lotso gobernaba la guardería con mano de hierro.

Woody decidió que debían escapar de Sunnyside y regresar con Andy. Pero antes de que pudieran hacerlo, Woody fue encontrado por una niña llamada Bonnie, quien lo llevó a su casa y le presentó a sus propios juguetes, como Mr. Pricklepants, Buttercup y Trixie.

Mientras tanto, en Sunnyside, Buzz fue capturado por Lotso y sus secuaces, quienes lo reprogramaron para que se convirtiera en uno de ellos. Pero Woody, con la ayuda de los juguetes de Bonnie, logró rescatar a Buzz y restaurar su verdadera personalidad.

Juntos, los juguetes idearon un plan para escapar de Sunnyside y regresar con Andy. En el proceso, descubrieron el oscuro pasado de Lotso y cómo su amargura lo había llevado a convertirse en un tirano. Después de una emocionante persecución y enfrentamiento con Lotso, los juguetes lograron escapar y regresar a casa.

Cuando llegaron, encontraron a Andy empacando sus cosas para irse a la universidad. Woody y los demás juguetes decidieron que era hora de seguir adelante y encontrar un nuevo hogar donde pudieran ser amados y apreciados. Así que, en secreto, Woody escribió una nota a Andy sugiriéndole que donara sus juguetes a Bonnie.

Andy siguió la sugerencia de la nota y llevó a sus juguetes a la casa de Bonnie. Allí, les presentó a la pequeña niña y les dijo lo especiales que eran para él. Después de jugar con Bonnie y sus juguetes por última vez, Andy se despidió y se fue a la universidad.

Los juguetes, ahora en su nuevo hogar, se sintieron felices y agradecidos por haber encontrado a alguien que los amara tanto como Andy. Juntos, Woody, Buzz y sus amigos vivieron nuevas aventuras y aprendieron que, aunque las cosas cambien, siempre tendrían un lugar en el corazón de alguien.

Y así, con una sonrisa en sus rostros de plástico y peluche, los juguetes comenzaron un nuevo capítulo en sus vidas, demostrando que el amor y la amistad pueden superar cualquier obstáculo. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.