Cuento de la película Ratatouille (2007)
En un rincón escondido de París, donde nadie se atrevía a mirar, comenzó una historia que cambiaría la vida de muchos. Un día, en la ciudad de las luces, un pequeño ratón llamado Remy soñaba con convertirse en un gran chef. Pero había un problema: era una rata en un mundo donde los roedores no eran bienvenidos en la cocina.
Un día, mientras Remy exploraba el ático de una anciana, encontró un libro de cocina escrito por su ídolo, el famoso chef Auguste Gusteau. Inspirado por las palabras de Gusteau, «Cualquiera puede cocinar», Remy decidió perseguir su sueño, a pesar de las objeciones de su familia y su padre, Django.
Mientras Remy se aventuraba en la ciudad, se encontró con un joven llamado Linguini, quien trabajaba como ayudante de cocina en el prestigioso restaurante de Gusteau. Juntos, formaron una alianza inusual: Remy cocinaría escondido bajo el sombrero de Linguini, guiándolo en la preparación de platos exquisitos.
Un día, mientras trabajaban juntos en la cocina, Remy y Linguini escucharon una conversación entre el jefe de cocina, Skinner, y la crítica culinaria Anton Ego.
Skinner: «Este plato es un desastre. No podemos permitir que Ego lo pruebe».
Anton Ego: «Espero que su restaurante esté a la altura de su reputación, Skinner. No me gustaría tener que escribir otra crítica negativa».
Remy y Linguini sabían que tenían que impresionar a Anton Ego para salvar el restaurante. Con la ayuda de la talentosa cocinera Colette, se dispusieron a crear un plato que dejara a todos sin palabras: la ratatouille.
Mientras tanto, la familia de Remy, liderada por su hermano Emile, decidió unirse a él en su aventura culinaria. Juntos, trabajaron incansablemente para preparar el plato perfecto.
Remy: «Recuerden, la clave está en los ingredientes frescos y en cortar las verduras en rodajas finas».
Emile: «¡Vamos, familia! ¡Podemos hacerlo!»
Finalmente, llegó el momento de la verdad. Anton Ego probó la ratatouille y quedó asombrado por su sabor y presentación.
Anton Ego: «Este plato me ha transportado a mi infancia. Es una obra maestra».
Gracias al talento de Remy y al trabajo en equipo de Linguini, Colette y la familia de ratas, el restaurante de Gusteau recuperó su prestigio y se convirtió en un lugar donde «cualquiera puede cocinar».
Remy aprendió que, a pesar de ser una rata, podía seguir sus sueños y encontrar su lugar en el mundo. Y Linguini descubrió que, con la ayuda de un amigo, incluso él podía convertirse en un gran chef.
Y así, en una ciudad donde los sueños se hacen realidad, un pequeño ratón demostró que el talento y la amistad pueden superar cualquier obstáculo. Y como dice el dicho: «Cuando se cocina con amor, hasta el más humilde de los ingredientes puede convertirse en una obra maestra».
Y con una sonrisa en sus rostros y el corazón lleno de alegría, todos vivieron felices para siempre en el mágico mundo de la cocina. Y como en todos los cuentos, llega el momento de decir: y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Reflexión del cuento de la película Ratatouille
Este cuento nos enseña la importancia de perseguir nuestros sueños y superar los obstáculos que se presentan en el camino. Remy, a pesar de ser una rata en un mundo donde no es aceptada, sigue su pasión por la cocina y logra convertirse en un gran chef. Su determinación y valentía nos recuerdan que no importa quiénes somos o de dónde venimos, sino lo que realmente importa es seguir nuestros corazones y hacer lo que amamos.
Además, el cuento resalta el poder del trabajo en equipo y la importancia de la amistad. Remy encuentra en Linguini un aliado inesperado, y juntos demuestran que la colaboración y la confianza pueden llevar a grandes logros. Colette y la familia de Remy también se unen a la aventura, mostrando cómo el apoyo de seres queridos puede marcar la diferencia en la consecución de nuestros objetivos.
En última instancia, el cuento nos invita a creer en nosotros mismos y en nuestras habilidades. Nos enseña que no debemos dejar que los prejuicios y las expectativas de los demás nos limiten, sino que debemos confiar en nuestra capacidad de superar los desafíos y alcanzar nuestras metas.