Cuento de la película Pie Pequeño (2018)
En un rincón olvidado del mundo, donde la nieve cubría todo como un manto blanco, vivían los Yetis, unas criaturas gigantes y peludas. Había una vez un joven Yeti llamado Migo, que estaba convencido de que los humanos, a los que llamaban «Pie pequeño», existían.
Un día, Migo se encontró con un avión estrellado y, para su sorpresa, descubrió a un humano, un verdadero Pie pequeño. Emocionado, corrió a contarle a su pueblo, pero nadie le creyó. Entonces, decidió buscar pruebas junto a sus amigos Meechee, Gwangi, Kolka y Fleem, quienes formaban parte del grupo secreto S.E.S. (Sociedad de Simios Escépticos).
Mientras tanto, en el mundo de los humanos, un documentalista llamado Percy Patterson estaba buscando una gran historia que lo hiciera famoso. Cuando se enteró de la existencia de los Yetis, decidió ir en busca de ellos.
Migo y sus amigos encontraron a Percy y lo llevaron a su aldea. Al principio, los Yetis estaban asustados y desconfiados, pero poco a poco comenzaron a comunicarse con Percy y a entender que los humanos no eran una amenaza.
Migo: «¡Miren, amigos! ¡Les dije que los Pie pequeño existían!»
Meechee: «¡Es cierto! ¡Esto cambiará todo lo que sabemos sobre nuestro mundo!»
En la aldea, el líder de los Yetis, El Guardián de las Piedras, tenía unas piedras sagradas que contenían las leyes y creencias de su pueblo. Una de esas leyes decía que los Pie pequeño no existían. Pero ahora, con Percy allí, todo estaba a punto de cambiar.
El Guardián de las Piedras: «No podemos permitir que este Pie pequeño cambie nuestras leyes y creencias. Debemos proteger nuestras tradiciones».
Migo: «Pero, señor, hemos aprendido que los humanos no son malos. Podemos vivir en paz con ellos».
A medida que los Yetis y Percy se conocían mejor, comenzaron a darse cuenta de que tenían mucho en común. Ambos querían proteger a sus familias y vivir en paz. Juntos, decidieron enfrentarse a El Guardián de las Piedras y mostrarle que las leyes y creencias podían cambiar para bien.
Migo: «Señor, hemos aprendido que los Pie pequeño no son una amenaza. Debemos cambiar nuestras leyes y creencias para vivir en paz con ellos».
El Guardián de las Piedras: «Está bien, Migo. Has demostrado que podemos aprender de los Pie pequeño y que nuestras leyes y creencias pueden evolucionar».
Así, los Yetis y los humanos comenzaron a vivir en armonía, compartiendo sus conocimientos y aprendiendo el uno del otro. Migo y Percy se convirtieron en grandes amigos, y juntos demostraron que la amistad y la comprensión pueden superar cualquier barrera.
Y así, en aquel rincón olvidado del mundo, donde la nieve cubría todo como un manto blanco, los Yetis y los humanos aprendieron a vivir juntos, demostrando que el amor y la amistad son más fuertes que cualquier ley o creencia. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Reflexión del cuento de la película Pie Pequeño
Este cuento nos enseña la importancia de la apertura mental y la disposición a cuestionar nuestras creencias. Migo, el joven Yeti, desafía la tradición y la incredulidad de su pueblo al creer en la existencia de los humanos. A través de su determinación y búsqueda de pruebas, logra cambiar la perspectiva de los Yetis y mostrarles que las creencias pueden evolucionar. La reflexión es que debemos estar dispuestos a escuchar y aprender de los demás, incluso cuando sus ideas o experiencias difieran de las nuestras, ya que el conocimiento y la comprensión mutua pueden abrir caminos hacia la armonía y la convivencia pacífica.
Además, el cuento nos habla sobre la importancia de la amistad y la empatía en la construcción de puentes entre diferentes culturas y especies. A pesar de las diferencias iniciales y los miedos que surgen, Migo y Percy logran establecer una conexión basada en el respeto y la confianza. Esto nos muestra que la amistad puede romper barreras y ayudarnos a superar nuestros prejuicios, permitiéndonos encontrar soluciones pacíficas y construir relaciones enriquecedoras.
En última instancia, el cuento nos invita a cuestionar las normas y tradiciones establecidas cuando sea necesario, y a recordar que el cambio y la evolución son parte integral de la vida. Las leyes y creencias no deben ser inamovibles, sino que deben adaptarse a medida que crecemos, aprendemos y descubrimos nuevas perspectivas. La historia nos recuerda que la flexibilidad y la apertura a nuevas ideas son fundamentales para el progreso y la convivencia armoniosa en un mundo diverso.