Cuento de la película Trolls (2016)

Trolls

Había una vez, en un mundo lleno de colores y música, un misterio que mantenía a todos los habitantes en vilo. Los Trolls, seres pequeños y alegres, vivían felices en su aldea, pero algo extraño estaba sucediendo y nadie sabía qué era.

Un día, la valiente Poppy, hija del rey Peppy, decidió investigar el misterio junto a su amigo Ramón, un Troll gris y gruñón que no compartía la alegría de los demás.

Poppy le dijo a Ramón:

– ¡Vamos a descubrir qué está pasando! No podemos permitir que algo arruine nuestra felicidad.

Ramón respondió con desgano:

– Está bien, pero no esperes que me emocione.

Mientras Poppy y Ramón avanzaban en su aventura, encontraron a otros Trolls que también querían ayudar. Juntos, formaron un equipo lleno de habilidades y talentos únicos.

En su camino, descubrieron que los Bergens, seres tristes y amargados, habían robado la fuente de la alegría de los Trolls: una piedra mágica que les permitía cantar y bailar sin parar.

Poppy exclamó:

– ¡Tenemos que recuperar la piedra mágica y devolver la felicidad a nuestra aldea!

El grupo de Trolls siguió las pistas hasta llegar al castillo de los Bergens. Allí, conocieron a la princesa Bridget, quien también estaba triste porque no sabía cómo ser feliz.

Poppy le propuso a Bridget:

– Si nos ayudas a recuperar la piedra mágica, te enseñaremos cómo encontrar la felicidad en tu corazón.

Bridget aceptó y, juntos, idearon un plan para recuperar la piedra mágica. Se disfrazaron y se infiltraron en el castillo, enfrentándose a desafíos y peligros en cada rincón.

En un momento, Ramón le dijo a Poppy:

– Nunca pensé que diría esto, pero estoy empezando a disfrutar de esta aventura.

Poppy sonrió y respondió:

– ¡Eso es porque la felicidad está en todas partes, incluso en los momentos difíciles!

Finalmente, el grupo de Trolls y Bridget encontraron la piedra mágica y la recuperaron. Pero en lugar de llevársela, Poppy decidió compartirla con los Bergens.

– Si todos aprendemos a ser felices, no necesitaremos la piedra mágica – dijo Poppy.

Los Trolls y los Bergens celebraron juntos, cantando y bailando, mientras aprendían que la felicidad no se encuentra en objetos mágicos, sino en el amor y la amistad que compartimos con los demás.

Ramón se volvió más alegre y Bridget encontró la felicidad en su corazón. Todos en la aldea de los Trolls y el reino de los Bergens vivieron en armonía, compartiendo momentos felices y aprendiendo a disfrutar de la vida juntos.

Y así, con el misterio resuelto y la felicidad restaurada, y colorín colorado este cuento se ha acabado.

Reflexión del cuento de la película Trolls

Este cuento nos muestra la importancia de la amistad y la solidaridad en la búsqueda de la felicidad. A través de la valentía de Poppy y la resistencia inicial de Ramón, aprendemos que la felicidad no depende de circunstancias externas, como una piedra mágica, sino de los lazos afectivos que creamos con los demás. La historia nos invita a compartir momentos de alegría y a encontrar la felicidad en los momentos difíciles, recordándonos que la verdadera felicidad radica en el amor y la amistad que cultivamos.

Además, el cuento también nos enseña sobre la importancia de ser compasivos y comprender a los demás. A través del personaje de Bridget, una princesa triste, aprendemos que la felicidad puede ser encontrada y compartida, incluso por aquellos que parecen alejados de ella. La empatía y la disposición a ayudar pueden generar cambios positivos tanto en nosotros mismos como en los demás.

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