Cuento de la película La Familia del Futuro (los Robinsons) (2008)

En una noche estrellada, en un pequeño orfanato, vivía un niño llamado Lewis. Lewis era un inventor brillante, pero sus inventos no siempre funcionaban como él esperaba. Un día, mientras presentaba su último invento en la feria de ciencias, conoció a un misterioso niño llamado Wilbur Robinson, quien le dijo que venía del futuro.

Intrigado, Lewis decidió seguir a Wilbur y, juntos, viajaron en una increíble máquina del tiempo. Al llegar al futuro, Lewis conoció a la peculiar y cariñosa familia de Wilbur, los Robinson. Esta familia estaba compuesta por personajes únicos y extravagantes, como Franny, la madre de Wilbur que dirigía una orquesta de ranas, y Abuelo Bud, quien siempre llevaba su ropa al revés.

Mientras Lewis se adaptaba a este nuevo mundo, descubrió que un malvado villano llamado El Sombrerero estaba planeando robar su máquina del tiempo para cambiar el pasado y controlar el futuro. Lewis y Wilbur, junto con los Robinson, decidieron enfrentarse a El Sombrerero y proteger el futuro de sus malvados planes.

En una de las conversaciones entre los personajes, Lewis le preguntó a Wilbur:

– ¿Por qué me trajiste al futuro, Wilbur?

– Porque necesitamos tu ayuda, Lewis. Eres un inventor increíble y juntos podemos detener a El Sombrerero – respondió Wilbur con determinación.

Durante su aventura, Lewis conoció a otros personajes fascinantes, como Carl, un robot amigable y servicial, y Tío Art, un repartidor de pizzas intergaláctico. Todos ellos se unieron para ayudar a Lewis y Wilbur en su misión de salvar el futuro.

Mientras tanto, El Sombrerero, junto con su fiel compañero Doris, un sombrero con inteligencia artificial, intentaba llevar a cabo su malvado plan. Pero Lewis y los Robinson no se darían por vencidos fácilmente. Juntos, idearon un ingenioso plan para detener a El Sombrerero y recuperar la máquina del tiempo.

En el enfrentamiento final, Lewis y Wilbur lograron derrotar a El Sombrerero y Doris, salvando así el futuro y protegiendo el pasado. A lo largo de su aventura, Lewis aprendió valiosas lecciones sobre la importancia de la familia, la amistad y el amor.

Después de su victoria, Lewis decidió regresar a su propio tiempo, pero no sin antes prometer a Wilbur y a los Robinson que nunca dejaría de inventar y soñar. Al regresar al pasado, Lewis se dio cuenta de que su vida había cambiado para siempre gracias a su aventura en el futuro y a las lecciones aprendidas de los Robinson.

Con renovada determinación, Lewis continuó trabajando en sus inventos y, finalmente, logró crear algo verdaderamente asombroso. Su éxito en la feria de ciencias atrajo la atención de una amorosa pareja, quienes decidieron adoptar a Lewis y darle el hogar y la familia que siempre había deseado.

Y así, con el amor y el apoyo de su nueva familia, Lewis siguió creciendo y convirtiéndose en un gran inventor, siempre recordando las palabras de Wilbur y los Robinson: «Sigue adelante y nunca mires atrás».

Y así, con un corazón lleno de amor y esperanza, Lewis vivió feliz para siempre.