Cuento de la película El sacrificio de un ciervo sagrado (2017)

Había una vez en un tranquilo y apacible pueblo, donde vivía un respetado cirujano llamado Steven Murphy. Steven tenía una hermosa familia compuesta por su esposa Anna y sus dos hijos, Kim y Bob. Todo parecía perfecto en sus vidas, hasta que un día, un misterioso joven llamado Martin apareció en la vida de Steven.

Un día, mientras Steven estaba en el hospital, Martin se acercó a él y comenzaron a conversar. Martin le contó a Steven que su padre había fallecido en una cirugía que Steven había realizado. A pesar de la tristeza de la situación, Steven decidió ayudar a Martin y se hicieron amigos.

Steven: «Martin, lamento mucho lo de tu padre. Si hay algo en lo que pueda ayudarte, no dudes en decírmelo».

Martin: «Gracias, Steven. Realmente aprecio tu apoyo».

Con el tiempo, Martin se fue acercando cada vez más a la familia de Steven. Incluso comenzó a salir con Kim, la hija de Steven. Sin embargo, algo extraño comenzó a suceder. Los hijos de Steven, Kim y Bob, empezaron a perder la movilidad en sus piernas sin razón aparente.

Desesperado por encontrar una solución, Steven llevó a sus hijos al hospital para que los examinaran. Pero los médicos no pudieron encontrar ninguna explicación para su condición. Fue entonces cuando Martin reveló la verdad a Steven.

Martin: «Steven, esto es culpa tuya. Por la muerte de mi padre, ahora tus hijos están pagando el precio. Debes hacer algo para remediarlo».

Steven: «¿Qué quieres decir, Martin? ¿Qué puedo hacer para solucionar esto?»

Martin: «Debes sacrificar a uno de tus seres queridos para que tus hijos puedan recuperarse. Si no lo haces, todos ellos morirán».

Steven no podía creer lo que estaba escuchando. ¿Cómo podría elegir entre su esposa y sus hijos? Pero a medida que la salud de Kim y Bob empeoraba, Steven se dio cuenta de que no tenía otra opción.

Mientras tanto, Anna también descubrió la verdad sobre la maldición que Martin había puesto sobre su familia. Desesperada por salvar a sus hijos, Anna intentó convencer a Martin de que levantara la maldición.

Anna: «Martin, por favor, no hagas esto. Nuestros hijos no tienen la culpa de lo que sucedió con tu padre».

Martin: «Lo siento, Anna, pero no puedo hacer nada. Steven debe tomar una decisión».

Finalmente, llegó el momento en que Steven tuvo que tomar la terrible decisión. Con el corazón destrozado, decidió que sacrificaría a uno de sus seres queridos para salvar a los demás. Ató a Anna, Kim y Bob en sillas y les vendó los ojos. Luego, tomó un rifle y comenzó a girar en círculos, sin saber a quién apuntaba.

Steven: «Lo siento, pero no tengo otra opción. Haré lo que sea necesario para salvar a nuestra familia».

Steven apretó el gatillo y, con un solo disparo, puso fin a la vida de uno de sus seres queridos. La maldición de Martin se levantó y los sobrevivientes pudieron recuperarse. Aunque la familia Murphy nunca volvería a ser la misma, habían aprendido una valiosa lección sobre el precio de la justicia y el sacrificio.

Y así, con un corazón lleno de tristeza y arrepentimiento, Steven y su familia intentaron seguir adelante, recordando siempre el sacrificio que tuvieron que hacer para salvar a sus seres queridos. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.