Cuento de la película El Cisne Negro (2010)
Había una vez, en una ciudad llena de luces y sombras, una joven bailarina llamada Nina que soñaba con ser la estrella principal en una obra de ballet llamada El Lago de los Cisnes. Un día, el director del ballet, Thomas, anunció que estaban buscando a alguien para interpretar a la Reina Cisne, un papel que requería interpretar tanto al inocente Cisne Blanco como al seductor Cisne Negro.
Nina, emocionada, se esforzó al máximo para conseguir el papel. Durante las audiciones, conoció a Lily, una bailarina nueva en la compañía. Lily era libre y desinhibida, lo opuesto a Nina, que era perfeccionista y controlada.
Un día, mientras practicaban juntas, Thomas les dijo:
– Nina, eres perfecta como el Cisne Blanco, pero necesitas soltarte más para ser el Cisne Negro. Lily, tú tienes la pasión del Cisne Negro, pero te falta la precisión del Cisne Blanco.
Nina y Lily comenzaron a pasar más tiempo juntas, y Nina intentó aprender de la despreocupación de Lily. Sin embargo, a medida que se acercaba el estreno de la obra, Nina comenzó a sentir una gran presión y a tener alucinaciones. Veía a un doble oscuro de sí misma y a veces no podía distinguir la realidad de la fantasía.
Un día, Nina descubrió que Lily había sido elegida como su suplente. Temiendo que Lily pudiera quitarle el papel, Nina se volvió cada vez más paranoica. En su mente, las líneas entre el Cisne Blanco y el Cisne Negro se volvían borrosas.
La noche del estreno, Nina bailó el papel del Cisne Blanco con gracia y perfección. Pero cuando llegó el momento de transformarse en el Cisne Negro, Nina se encerró en su camerino, aterrorizada. Lily apareció y trató de consolarla:
– No te preocupes, Nina. Si no puedes hacerlo, yo estaré aquí para bailar en tu lugar.
Nina, enfurecida, luchó con Lily y creyó haberla matado. Sin embargo, esto no era más que otra de sus alucinaciones. Con la determinación de ser el Cisne Negro, Nina salió al escenario y bailó con una intensidad nunca antes vista.
El público quedó maravillado, y Nina se transformó de nuevo en el Cisne Blanco para el final de la obra. Pero en su desesperación por ser perfecta, Nina se había lastimado gravemente. Mientras el telón caía y el público aplaudía de pie, Nina yacía en el suelo, herida y exhausta.
Thomas y los demás bailarines corrieron hacia ella, preocupados. Nina, con una sonrisa en su rostro, susurró:
– Lo logré. Fui perfecta.
Y así, Nina había alcanzado la perfección que tanto anhelaba, pero a un costo muy alto. Aprendió que la obsesión por la perfección puede ser peligrosa y que, a veces, es necesario aceptar nuestras imperfecciones para ser verdaderamente libres.
Y colorín colorado, este cuento lleno de luces y sombras se ha acabado.
Reflexión del cuento de la película El Cisne Negro
Este cuento nos invita a reflexionar sobre la obsesión por la perfección y los peligros que puede conllevar. A través de la historia de Nina, la bailarina, vemos cómo su deseo de ser perfecta la consume y la lleva a perder la conexión con la realidad. La presión y el miedo a ser reemplazada por Lily la hacen actuar de manera paranoica y violenta. Al final, aunque logra alcanzar la perfección en su actuación, lo hace a costa de lastimarse gravemente. La reflexión principal es que la búsqueda desmedida de la perfección puede llevarnos por un camino peligroso y que es importante aceptar nuestras imperfecciones para encontrar la verdadera libertad.
Además, el cuento también nos habla de la importancia de la autenticidad y la aceptación de uno mismo. Nina se ve enfrentada a la dualidad entre el Cisne Blanco y el Cisne Negro, dos facetas opuestas de su personalidad. A lo largo de la historia, intenta adoptar la despreocupación y la pasión de Lily, pero se da cuenta de que ser auténtica y aceptar quién es en realidad es crucial para su éxito. Al final, es su entrega y su interpretación única lo que cautiva al público.