Cuento de la película A dos metros de ti (2019)

Había una vez, en un hospital muy especial, un misterioso secreto que mantenía a todos intrigados. En este lugar, dos jóvenes valientes, Stella y Will, luchaban contra una enfermedad llamada Fibrosis Quística. A pesar de sus dificultades, ambos encontraron la manera de vivir una historia de amor única y emocionante.

Un día, Stella estaba en su habitación del hospital, organizando sus medicamentos y tratamientos, cuando escuchó a alguien toser en la habitación de al lado. Curiosa, se asomó por la puerta y vio a Will, un chico nuevo en el hospital.

Stella le preguntó a Will:

– ¿También tienes Fibrosis Quística?

Will asintió con la cabeza y le explicó que estaba allí para probar un nuevo tratamiento. A partir de ese momento, Stella y Will comenzaron a conocerse y a compartir sus experiencias.

Sin embargo, había una regla muy importante en el hospital: los pacientes con Fibrosis Quística debían mantener una distancia de seis pies entre ellos para evitar el riesgo de contagio de infecciones. A pesar de esta restricción, Stella y Will encontraron la manera de comunicarse y compartir momentos juntos.

Un día, Stella tuvo una idea:

– ¿Y si nos acercamos solo un poco más? Podríamos «robar» un pie de distancia y estar a cinco pies el uno del otro.

Will aceptó la propuesta, y así comenzaron a vivir su amor a cinco pies de distancia. Utilizaban un taco de billar de cinco pies para medir la distancia entre ellos y asegurarse de no acercarse demasiado.

En el hospital, también conocieron a otros personajes, como Poe, el mejor amigo de Stella, y Barb, la estricta enfermera que cuidaba de ellos. Todos formaron una pequeña familia que se apoyaba mutuamente en los momentos difíciles.

Un día, Stella y Will decidieron tener una cita especial en la piscina del hospital. Aunque todavía debían mantenerse a cinco pies de distancia, disfrutaron de la noche nadando y compartiendo sus sueños y esperanzas para el futuro.

Pero la vida en el hospital no siempre era fácil. Stella y Will enfrentaron desafíos y momentos difíciles, como la pérdida de su amigo Poe. A pesar de todo, su amor creció más fuerte y aprendieron a valorar cada momento juntos.

Un día, Stella recibió una noticia emocionante: había un trasplante de pulmón disponible para ella. Aunque esto significaba una oportunidad para mejorar su salud, también implicaba que tendría que separarse de Will.

Antes de la cirugía, Stella y Will compartieron un último momento juntos en el tejado del hospital. Aunque no podían tocarse, se abrazaron con la mirada y se prometieron nunca olvidarse el uno del otro.

Después del trasplante, Stella comenzó a recuperarse, pero Will recibió una noticia triste: su tratamiento no estaba funcionando. A pesar de esto, decidieron seguir adelante y disfrutar de la vida al máximo.

Y así, Stella y Will demostraron que el amor puede superar cualquier obstáculo, incluso cuando se vive a cinco pies de distancia. Aunque su historia tuvo momentos tristes y desafiantes, también estuvo llena de amor, esperanza y valentía.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.