Cuento de la película Proyecto X (2012)

Había una vez en un tranquilo vecindario, tres amigos inseparables: Thomas, Costa y JB. Un día, decidieron organizar la fiesta más grande y emocionante que jamás se haya visto, para celebrar el cumpleaños de Thomas. Pero lo que no sabían era que esa fiesta cambiaría sus vidas para siempre.

– ¡Oye, Thomas! ¿Qué te parece si hacemos una fiesta de cumpleaños que nadie olvide? – propuso Costa.
– ¡Eso suena genial! – respondió Thomas con entusiasmo.
– Pero, ¿cómo haremos para que sea la mejor fiesta de todas? – preguntó JB, siempre preocupado por los detalles.

Los tres amigos comenzaron a planear la fiesta, y Costa tuvo la brillante idea de invitar a todo el vecindario y a sus amigos de la escuela. Incluso, decidieron enviar invitaciones por las redes sociales para que más personas se enteraran del evento.

El día de la fiesta llegó, y los amigos se encontraban nerviosos pero emocionados. La casa de Thomas estaba llena de globos, luces y música. Poco a poco, los invitados comenzaron a llegar, y la fiesta se volvía más y más emocionante.

– ¡No puedo creer cuánta gente ha venido! – exclamó JB.
– ¡Y esto apenas comienza! – respondió Costa con una sonrisa.

La fiesta continuó, y cada vez llegaban más y más personas. Los amigos no podían creer lo que estaba sucediendo. La casa de Thomas se había convertido en el centro de atención de todo el vecindario.

En medio de la celebración, Thomas conoció a Kirby, una chica encantadora que había sido su amiga desde la infancia. Thomas se dio cuenta de que sentía algo especial por ella, pero no sabía cómo expresarlo.

– ¡Hola, Kirby! ¿Estás disfrutando de la fiesta? – preguntó Thomas nervioso.
– ¡Claro que sí! Es la mejor fiesta a la que he asistido – respondió Kirby con una sonrisa.

Mientras tanto, la fiesta se salía de control. Los vecinos comenzaron a quejarse del ruido, y la policía llegó para poner orden. Pero los amigos no querían que la fiesta terminara, así que idearon un plan para engañar a los oficiales y continuar con la celebración.

– ¡Rápido, JB! Apaga la música y dile a todos que se escondan – ordenó Costa.
– ¡Entendido! – respondió JB, corriendo para cumplir con la tarea.

Cuando la policía llegó, los amigos fingieron que no había fiesta y que todo estaba en orden. Los oficiales se marcharon, y la fiesta continuó con más fuerza que nunca.

Al final de la noche, Thomas se armó de valor y le confesó sus sentimientos a Kirby. Para su sorpresa, ella también sentía lo mismo por él.

– Me alegra que hayas sido sincero, Thomas – dijo Kirby con una sonrisa.
– Yo también, Kirby – respondió Thomas, feliz de haber encontrado el amor en medio de la fiesta más increíble de su vida.

A pesar de los problemas y desafíos que enfrentaron, los amigos aprendieron una valiosa lección sobre la amistad y el amor. Y aunque la fiesta fue un éxito, prometieron no volver a organizar una celebración tan grande.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.