Cuento de la película El Planeta de los Simios ()

Había una vez, en un mundo lejano y misterioso, un grupo de valientes astronautas que se encontraron con algo inesperado. ¿Qué descubrirían en ese extraño lugar? Acompáñame en esta aventura para averiguarlo.

George Taylor, John Landon, Dodge y Stewart eran astronautas que viajaban por el espacio en busca de nuevos mundos. Un día, su nave se estrelló en un planeta desconocido. Desafortunadamente, Stewart no sobrevivió al accidente.

Los tres astronautas restantes, liderados por Taylor, comenzaron a explorar el extraño planeta. Pronto se dieron cuenta de que había vida en él, pero no eran seres humanos como ellos. Eran simios parlantes que gobernaban el mundo: chimpancés, gorilas y orangutanes.

En este mundo, los humanos eran considerados animales salvajes y no podían hablar. Los astronautas fueron capturados por los simios y llevados a su ciudad. Allí, conocieron a dos chimpancés amables y curiosos llamados Dr. Zira y Dr. Cornelius.

Taylor intentó comunicarse con ellos, pero al principio, los simios no podían entenderlo. Sin embargo, Dr. Zira comenzó a darse cuenta de que Taylor era diferente a los otros humanos. Ella le enseñó a hablar su idioma y, con el tiempo, Taylor pudo comunicarse con los simios.

Dr. Zira y Dr. Cornelius ayudaron a Taylor a escapar de su jaula y lo llevaron a un lugar secreto donde encontraron evidencia de que los humanos solían ser la especie dominante en el planeta. Pero, ¿cómo había sucedido esto? ¿Qué había pasado con la humanidad?

Mientras tanto, John Landon y Dodge también intentaron escapar, pero no tuvieron éxito. Dodge fue asesinado por los simios, y Landon fue sometido a una operación que lo dejó incapaz de hablar.

El líder de los simios, un orangután llamado Dr. Zaius, descubrió que Taylor había escapado y ordenó su captura. Pero antes de que pudieran atraparlo, Taylor encontró un antiguo artefacto humano que revelaba la verdad sobre el planeta.

Resulta que el planeta en el que habían aterrizado no era otro que la Tierra, pero en un futuro lejano. La humanidad había destruido su propia civilización en una guerra nuclear, y los simios habían evolucionado hasta convertirse en la especie dominante.

Taylor confrontó a Dr. Zaius con la verdad, y el sabio orangután admitió que lo sabía todo el tiempo. Dr. Zaius permitió que Taylor y Dr. Zira se fueran, pero les advirtió que no había esperanza para la humanidad.

Taylor y Dr. Zira viajaron juntos hasta llegar a una playa desierta. Allí, Taylor encontró los restos de la Estatua de la Libertad, lo que confirmó que estaban en la Tierra todo el tiempo. Desesperado y lleno de tristeza, Taylor se arrodilló en la arena y gritó al cielo.

Y así, en un mundo gobernado por simios, los astronautas descubrieron la verdad sobre el destino de la humanidad. Aprendieron que, a veces, el mayor enemigo de uno mismo puede ser uno mismo. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.