Cuento de la película Jumanji (1995)

Jumanji

En una pequeña ciudad donde nada extraordinario solía ocurrir, un misterioso cofre aguardaba ser descubierto. Este cofre contenía un juego llamado Jumanji, que cambiaría la vida de todos los que se atrevieran a jugarlo.

Un día, un niño llamado Alan Parrish encontró el cofre y comenzó a jugar con su amiga Sarah Whittle. Al lanzar los dados, Alan fue absorbido por el juego y desapareció, dejando a Sarah aterrorizada.

26 años después, dos hermanos, Judy y Peter, se mudaron a la antigua casa de Alan. Mientras exploraban, encontraron el juego y decidieron jugarlo. Al hacerlo, liberaron a un ya adulto Alan y a una serie de peligrosos animales y plantas de la jungla.

Alan: «¡No puedo creer que haya estado atrapado en este juego durante 26 años!»

Judy: «Tenemos que terminar el juego para que todo vuelva a la normalidad».

Juntos, los cuatro personajes se embarcaron en una aventura para completar el juego y devolver a la ciudad a su estado original. En el camino, se encontraron con un cazador llamado Van Pelt, que perseguía a Alan desde el mundo de Jumanji.

Van Pelt: «¡Te atraparé, Parrish! ¡No puedes escapar de mí!»

Alan: «¡Tenemos que seguir adelante y terminar el juego antes de que él nos atrape!»

A medida que avanzaban en el juego, los personajes enfrentaron desafíos cada vez más difíciles, como ser perseguidos por un enjambre de abejas gigantes, luchar contra plantas carnívoras y escapar de un estampida de animales salvajes.

Peter: «¡No sé cuánto más podamos soportar esto!»

Judy: «¡No te rindas, Peter! ¡Tenemos que terminar el juego para salvar la ciudad!»

Finalmente, llegaron al último turno del juego. Alan lanzó los dados y, para su alivio, obtuvo la puntuación necesaria para terminar el juego. De repente, todos los animales y plantas desaparecieron, y la ciudad volvió a la normalidad.

Alan: «¡Lo hicimos! ¡Terminamos el juego y todo ha vuelto a la normalidad!»

Sarah: «¡No puedo creer que hayamos sobrevivido a todo eso!»

Con el juego terminado, Alan y Sarah regresaron a su época original, siendo nuevamente niños. Decidieron esconder el juego para que nadie más pudiera encontrarlo y sufrir las consecuencias.

Alan: «Tenemos que asegurarnos de que nadie más encuentre este juego».

Sarah: «Estoy de acuerdo. No quiero que nadie más pase por lo que nosotros pasamos».

Y así, Alan y Sarah escondieron el juego en un lugar seguro, lejos de las manos de cualquier persona curiosa. Aunque la aventura había terminado, las lecciones aprendidas y la amistad forjada durante su viaje nunca serían olvidadas.

Y como dice el dicho, «lo que empieza bien, termina bien», y así fue como todos vivieron felices y en paz, sabiendo que el peligroso juego de Jumanji estaba guardado para siempre.

Reflexión del cuento de la película Jumanji

El cuento de Jumanji puede enseñarnos varias lecciones valiosas. En primer lugar, muestra que la curiosidad y la búsqueda de aventuras pueden tener consecuencias impredecibles. Alan Parrish descubrió el juego y sufrió las consecuencias de ser absorbido por él durante 26 años. A veces, es importante pensar en las posibles consecuencias antes de tomar decisiones impulsivas.

Además, el cuento también nos muestra que trabajar en equipo y ayudarnos mutuamente puede ayudarnos a superar desafíos difíciles. Judy, Peter, Alan y Sarah se unieron para completar el juego y salvar a la ciudad, y solo pudieron lograrlo trabajando juntos.

Por último, el cuento también destaca la importancia de aprender de las experiencias pasadas y de no repetir los errores del pasado. Alan y Sarah sabían lo peligroso que era el juego de Jumanji, por lo que decidieron esconderlo para evitar que alguien más sufriera las mismas consecuencias. La historia nos muestra que es importante reflexionar sobre nuestras acciones y decisiones, y tomar medidas para evitar repetir errores del pasado.

MENU