Cuento de la película Valiente (Brave) (2012)

Valiente (Brave)

Había una vez, en un reino lejano, un misterio que nadie había podido resolver. En este reino vivía una valiente y joven princesa llamada Merida, hija del rey Fergus y la reina Elinor. Merida era una experta arquera y amaba la libertad que le proporcionaba su habilidad con el arco y las flechas.

Un día, la reina Elinor decidió que era hora de que Merida se casara con uno de los hijos de los señores de los tres clanes más importantes del reino: el clan Macintosh, el clan MacGuffin y el clan Dingwall. Pero Merida no quería casarse, deseaba seguir siendo libre y decidir su propio destino.

Durante el torneo para elegir a su futuro esposo, Merida desafió a los pretendientes y demostró su habilidad con el arco, ganando la competencia. Esto enfureció a su madre, y ambas discutieron acaloradamente.

Merida: ¡No quiero casarme! ¡Quiero ser libre y decidir mi propio destino!

Elinor: Eres una princesa, y debes cumplir con tus responsabilidades. Casarte es lo que se espera de ti.

En medio de la discusión, Merida huyó al bosque, donde encontró un sendero mágico que la llevó a la cabaña de una anciana que resultó ser una bruja. Merida le pidió un hechizo para cambiar a su madre y así poder cambiar su destino. La bruja accedió, pero advirtió a Merida que debía tener cuidado con lo que deseaba.

Al regresar al castillo, Merida le dio a su madre un pastel que contenía el hechizo. Al probarlo, Elinor se transformó en un enorme oso. Merida, asustada, decidió buscar a la bruja para revertir el hechizo, pero la anciana había desaparecido. En su lugar, encontró un mensaje que decía que el hechizo se rompería si Merida «arreglaba el vínculo roto» antes de que se pusiera el sol en el segundo día.

Merida y Elinor, ahora un oso, emprendieron una aventura para encontrar la solución al enigma y romper el hechizo. Durante su viaje, se encontraron con los traviesos hermanos trillizos de Merida, Harris, Hubert y Hamish, quienes también se habían convertido en osos por comer el pastel encantado.

Mientras tanto, el rey Fergus y los señores de los clanes, Lord Macintosh, Lord MacGuffin y Lord Dingwall, buscaban a Merida y Elinor. Fergus, al ver a Elinor convertida en oso, pensó que era el temible oso Mor’du, que había atacado al reino en el pasado.

En su búsqueda de la solución al enigma, Merida y Elinor descubrieron una antigua ruina donde encontraron la historia de un príncipe que había sido transformado en oso por su ambición y egoísmo. Merida comprendió que el «vínculo roto» se refería a la relación entre ella y su madre.

Merida: Mamá, debemos arreglar nuestra relación y aprender a escucharnos mutuamente.

Al darse cuenta de esto, Merida y Elinor trabajaron juntas para reparar un tapiz que simbolizaba su vínculo. Cuando el sol comenzó a ponerse en el segundo día, Merida cubrió a su madre con el tapiz reparado y declaró su amor por ella. El hechizo se rompió, y Elinor y los trillizos volvieron a su forma humana.

El rey Fergus y los señores de los clanes llegaron al lugar y, al ver que Merida y Elinor estaban a salvo, celebraron el regreso de la reina y la valentía de su hija. Merida demostró que era posible cambiar su destino y, con el apoyo de su familia, decidió seguir siendo libre y valiente.

Y así, con amor, comprensión y valentía, Merida y su familia vivieron felices para siempre. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Reflexión del cuento de la película Valiente

Este cuento nos enseña la importancia de la libertad y el poder de tomar nuestras propias decisiones. Merida, la valiente princesa, se enfrenta a la presión de cumplir con las expectativas sociales y casarse, pero ella desea seguir siendo libre y decidir su propio destino. A través de su valentía y determinación, Merida demuestra que es posible desafiar las normas establecidas y forjar nuestro propio camino.

Además, el cuento destaca la importancia de la comunicación y la comprensión en las relaciones familiares. La relación tensa entre Merida y su madre se resuelve cuando ambas aprenden a escucharse y a entenderse mutuamente. El vínculo roto se repara a través del amor y la disposición de trabajar juntas para encontrar una solución.

En última instancia, la historia nos invita a creer en nosotros mismos y a seguir nuestros propios sueños, incluso cuando enfrentamos obstáculos y expectativas impuestas por la sociedad. También nos recuerda la importancia de la familia y el valor de la comunicación y el apoyo mutuo en el camino hacia la realización personal y la felicidad.

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