Cuento de la película Ciudad de Dios (2013)
Había una vez, en una lejana y peligrosa ciudad llamada Ciudad de Dios, un grupo de niños y jóvenes que vivían en un mundo lleno de violencia y desafíos. En este lugar, cada día era una lucha por la supervivencia.
Un día, un joven llamado Cohete encontró una vieja cámara fotográfica y decidió usarla para capturar la vida en la Ciudad de Dios. Mientras tanto, su amigo Zé Pequeño se había convertido en un temido delincuente que gobernaba las calles con mano de hierro.
Cohete y Zé Pequeño se encontraron en una esquina, y Zé Pequeño le dijo a Cohete:
– Oye, Cohete, ¿qué haces con esa cámara?
– Estoy tomando fotos de nuestra vida aquí en la Ciudad de Dios, para que la gente vea cómo es realmente – respondió Cohete.
– ¡Eso es una buena idea! – exclamó Zé Pequeño – Pero ten cuidado, no querrás meterte en problemas con la gente equivocada.
Mientras tanto, otros personajes como Benny, Carrot y Angelica también luchaban por sobrevivir en este difícil entorno. Benny, el mejor amigo de Zé Pequeño, intentaba mantener la paz entre los diferentes grupos de la ciudad, mientras que Carrot y Angelica buscaban una vida mejor lejos de la violencia.
Un día, Cohete tomó una foto de un enfrentamiento entre Zé Pequeño y Carrot. La foto mostraba la tensión y el peligro que se vivía en la Ciudad de Dios. Pero, ¿qué pasaría si alguien más viera esa foto? ¿Podría Cohete estar en peligro por haberla tomado?
Cohete decidió mostrarle la foto a Benny, quien le aconsejó:
– Cohete, esta foto es muy poderosa, pero debes tener cuidado con quién la compartes. La Ciudad de Dios es un lugar peligroso, y no todos querrán que se muestre la verdad.
Cohete asintió y prometió tener cuidado. Sin embargo, la foto terminó en manos de un periodista que decidió publicarla en un periódico local. La noticia se difundió rápidamente, y la gente comenzó a hablar sobre la violencia en la Ciudad de Dios.
Mientras tanto, Zé Pequeño y Benny tuvieron una discusión que terminó en tragedia. Benny fue asesinado, y Zé Pequeño juró vengarse de Carrot, a quien culpaba por la muerte de su amigo.
La situación en la Ciudad de Dios se volvió aún más tensa, y Cohete se dio cuenta de que tenía que hacer algo para cambiar las cosas. Decidió seguir tomando fotos y compartirlas con el mundo, para que todos pudieran ver la realidad de la vida en la ciudad.
Un día, Cohete se encontró con Angelica, quien le dijo:
– Cohete, tus fotos están haciendo una diferencia. La gente está comenzando a darse cuenta de lo que está pasando aquí en la Ciudad de Dios. Tal vez, juntos, podamos encontrar una manera de escapar de esta violencia.
Cohete sonrió y asintió, decidido a seguir luchando por un futuro mejor.
Finalmente, llegó el enfrentamiento final entre Zé Pequeño y Carrot. En medio de la batalla, Cohete tomó una foto que capturó el momento en que Zé Pequeño fue derrotado. La foto se convirtió en un símbolo de esperanza para la gente de la Ciudad de Dios, quienes comenzaron a creer que un cambio era posible.
Con el tiempo, Cohete y Angelica lograron escapar de la violencia y comenzaron una nueva vida juntos. Aunque la Ciudad de Dios seguía siendo un lugar peligroso, las fotos de Cohete habían ayudado a abrir los ojos del mundo a la realidad de la vida en la ciudad.
Y así, con valentía y determinación, Cohete y Angelica encontraron la fuerza para enfrentar los desafíos y luchar por un futuro mejor. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Reflexión del cuento de la película Ciudad de Dios
Este cuento nos invita a reflexionar sobre la importancia de la verdad y la valentía para enfrentar los desafíos. A través de la figura de Cohete y sus fotografías, se destaca el poder de la imagen y cómo puede generar conciencia y cambiar la percepción de las personas. La historia muestra cómo la violencia y la opresión pueden ser desafiadas cuando se revela la verdad y se toman acciones valientes para buscar un futuro mejor. También nos enseña que, incluso en entornos peligrosos, es posible encontrar esperanza y resistencia si nos unimos y luchamos juntos por un cambio.
Además, se destaca la importancia de la responsabilidad y la cautela al enfrentar situaciones peligrosas. Cohete, a pesar de las advertencias, decide compartir sus fotos con el mundo, lo que tiene consecuencias tanto positivas como negativas. Esto nos lleva a reflexionar sobre la necesidad de ser conscientes de las posibles repercusiones de nuestras acciones, especialmente cuando estamos tratando de desafiar sistemas de poder o revelar la verdad en entornos peligrosos.
En última instancia, este cuento nos inspira a ser agentes de cambio y a utilizar nuestras habilidades y talentos para cuestionar las injusticias y promover un mundo mejor. Nos muestra que cada uno de nosotros tiene el potencial de marcar la diferencia, incluso en los lugares más difíciles, si estamos dispuestos a enfrentar los desafíos con valentía y perseverancia.