Cuento de la película Charlie y la Fábrica de Chocolate (2005)

En un lugar donde los sueños se hacen realidad, existía una fábrica de chocolate misteriosa y maravillosa. Nadie sabía qué sucedía dentro de sus muros, pero todos ansiaban descubrirlo. Un día, el dueño de la fábrica, el excéntrico Willy Wonka, anunció que abriría sus puertas a cinco afortunados niños que encontraran los cinco billetes dorados escondidos en sus deliciosas barras de chocolate.
Charlie Bucket, un niño humilde y soñador, deseaba con todas sus fuerzas ser uno de los afortunados. Un día, mientras caminaba por la calle, encontró un billete de dinero y decidió comprar una barra de chocolate. Para su sorpresa, ¡dentro había un billete dorado!
Junto a su abuelo Joe, Charlie se preparó para visitar la misteriosa fábrica. Al llegar, se encontraron con los otros cuatro ganadores: la mimada Veruca Salt, el glotón Augustus Gloop, la chismosa Violet Beauregarde y el adicto a la televisión Mike Teavee.
Al entrar en la fábrica, los niños y sus acompañantes quedaron maravillados por el increíble Jardín de Chocolate. Willy Wonka les dio la bienvenida y les advirtió que debían seguir las reglas si querían disfrutar de la visita.
Mientras recorrían la fábrica, los niños comenzaron a desobedecer las reglas. Augustus Gloop, incapaz de resistirse a la tentación, cayó en el Río de Chocolate y fue succionado por un tubo. Willy Wonka, preocupado, llamó a sus pequeños ayudantes, los Oompa Loompas, para rescatarlo.
– ¡Augustus! – gritó su madre – ¡Ten cuidado!
Pero ya era demasiado tarde. Los Oompa Loompas cantaron una canción sobre la importancia de no ser glotón y continuaron con el recorrido.
Luego, llegaron a la Sala de Chicles, donde Violet Beauregarde encontró un chicle especial que no pudo evitar probar. Al masticarlo, se infló como un globo y se volvió azul. Los Oompa Loompas la llevaron a desinflarla mientras cantaban sobre los peligros de ser chismoso.
– ¡Violet, no! – exclamó su padre, pero ya era tarde.
En la Sala de Nueces, Veruca Salt exigió tener una ardilla entrenada. Al no conseguir lo que quería, cayó en un pozo de basura. Los Oompa Loompas cantaron sobre la importancia de no ser mimado.
– ¡Veruca, por favor, no hagas eso! – suplicó su padre.
Finalmente, en la Sala de Televisión, Mike Teavee se teletransportó a través de una pantalla y se volvió diminuto. Los Oompa Loompas cantaron sobre los peligros de la adicción a la televisión.
– ¡Mike, no toques eso! – gritó su madre.
Solo Charlie y su abuelo Joe quedaron en la fábrica. Willy Wonka les reveló que todo había sido una prueba para encontrar a alguien digno de heredar su fábrica. Charlie, al ser el único niño que no había desobedecido las reglas, fue elegido como el sucesor de Willy Wonka.
Y así, en un mundo lleno de dulces y maravillas, Charlie Bucket se convirtió en el dueño de la fábrica de chocolate más increíble del mundo. Aprendió que la bondad y la humildad son más valiosas que cualquier tesoro. Y como dice el viejo refrán, y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Reflexión del cuento de la película Charlie y la Fábrica de Chocolate
Este cuento nos ofrece tres reflexiones principales. En primer lugar, destaca el valor de la bondad y la humildad, representado por el personaje de Charlie Bucket, quien a pesar de su humilde origen demuestra una actitud positiva y respetuosa. A través de su carácter amable, se muestra cómo la bondad puede abrir puertas y llevar al éxito. En contraste, los otros niños ganadores, que carecen de estas cualidades, sufren las consecuencias de su avaricia, glotonería, chismes y adicción.
En segundo lugar, se subraya la importancia de seguir las reglas y respetar los límites establecidos. El dueño de la fábrica, Willy Wonka, enfatiza las reglas a lo largo del recorrido y advierte sobre las consecuencias de no seguirlas. Charlie es el único que cumple con estas normas, lo que le otorga la oportunidad de convertirse en el heredero de la fábrica. Esta reflexión nos enseña que el respeto por las reglas y límites es fundamental para evitar problemas y conflictos.
En tercer lugar, el cuento nos advierte sobre las consecuencias negativas de la avaricia, la glotonería, los chismes y la adicción. Los personajes que representan estos comportamientos sufren percances y problemas como resultado de su falta de control y respeto por los demás. Esta reflexión nos invita a reflexionar sobre cómo nuestras acciones y actitudes pueden influir en nuestra vida y nos insta a evitar caer en comportamientos dañinos y descontrolados.