Cuento de la película Los Miserables (2012)

Los Miserables

Había una vez, en una tierra lejana, un hombre llamado Jean Valjean que vivía en un mundo lleno de injusticias y desigualdades. Un día, su vida cambió para siempre cuando cometió un pequeño error que lo marcaría de por vida.

Jean Valjean había robado un trozo de pan para alimentar a su familia hambrienta, pero fue atrapado y condenado a una larga pena de prisión. En la cárcel, conoció a un hombre llamado Javert, un estricto guardia que se aseguraba de que todos los prisioneros cumplieran con sus condenas.

Un día, un amable obispo llamado Monseñor Myriel le ofreció a Jean Valjean una oportunidad de redimirse y cambiar su vida. Pero, ¿qué pasaría si Jean Valjean no pudiera escapar de su pasado? ¿Podría realmente cambiar su vida y encontrar la felicidad?

Después de ser liberado de prisión, Jean Valjean se convirtió en el respetado alcalde de un pobre pueblo llamado Vigau. Bajo su liderazgo, el pueblo comenzó a prosperar y a convertirse en una comunidad próspera.

Un día, una joven llamada Fantine llegó al pueblo buscando trabajo para poder mantener a su hija Cosette. Jean Valjean la contrató en su fábrica, pero pronto Fantine fue despedida por las otras trabajadoras debido a un secreto que guardaba.

Mientras tanto, Javert había sido ascendido a inspector de policía y estaba decidido a encontrar a Jean Valjean y llevarlo de vuelta a prisión. Un día, Javert llegó a Vigau y comenzó a sospechar que el alcalde era en realidad Jean Valjean.

Javert: «Señor alcalde, he oído rumores de que usted es en realidad un exconvicto llamado Jean Valjean. ¿Es cierto?»

Jean Valjean: «No sé de qué estás hablando, inspector. Soy el alcalde de este pueblo y he trabajado duro para mejorar la vida de sus habitantes».

Mientras tanto, Fantine había caído gravemente enferma y Jean Valjean se sintió responsable de su situación. Decidió encontrar a Cosette y cuidar de ella como si fuera su propia hija.

Jean Valjean encontró a Cosette viviendo con una pareja llamada Los Thénardier, quienes la trataban mal y la explotaban. Jean Valjean rescató a Cosette y juntos huyeron de Vigau para comenzar una nueva vida en París.

Pasaron los años y Cosette creció hasta convertirse en una hermosa joven. Un día, conoció a un apuesto joven llamado Marius, y ambos se enamoraron a primera vista.

Marius: «Cosette, desde el momento en que te vi, supe que eras la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida».

Cosette: «Marius, yo también te amo. Pero mi padre, Jean Valjean, tiene un pasado oscuro y temo que eso pueda separarnos».

Mientras tanto, en París, estalló una revolución liderada por un grupo de jóvenes idealistas, entre ellos Marius. Jean Valjean decidió unirse a la lucha para proteger a Marius y asegurarse de que Cosette pudiera tener un futuro feliz con él.

La batalla fue feroz y muchos valientes luchadores perdieron la vida, incluido el amigo de Marius, Éponine, quien también estaba enamorada de él. Al final, la revolución fue sofocada y Jean Valjean logró salvar a Marius de la muerte.

A pesar de sus esfuerzos, Javert nunca pudo atrapar a Jean Valjean, quien finalmente encontró la paz y la redención en su vida. Marius y Cosette se casaron y vivieron felices para siempre, agradecidos por el amor y el sacrificio de Jean Valjean.

Y así, en medio de la oscuridad y la desesperanza, el amor y la bondad prevalecieron, demostrando que incluso en los tiempos más difíciles, siempre hay esperanza. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Reflexión del cuento de la película Los Miserables

Esta historia nos muestra la poderosa reflexión de que incluso en los momentos más oscuros y desesperanzadores, el amor, la bondad y la redención pueden prevalecer. A través de la figura de Jean Valjean, vemos cómo una persona marcada por sus errores y condenada por la sociedad puede encontrar la oportunidad de cambiar y redimirse. A pesar de los obstáculos y las injusticias, Jean Valjean lucha por hacer el bien y encuentra la paz interior al sacrificar su propia felicidad por el bienestar de los demás. La historia nos enseña que, incluso en un mundo lleno de injusticias y desigualdades, el amor y la esperanza pueden transformar vidas y superar cualquier adversidad.

Además, el cuento nos muestra cómo el perdón y la compasión pueden marcar la diferencia en la vida de una persona. El personaje del obispo Monseñor Myriel representa la bondad y la generosidad que tienen el poder de transformar la vida de alguien. Su acto de perdonar a Jean Valjean y darle una segunda oportunidad lo motiva a cambiar y vivir una vida de rectitud. A lo largo de la historia, vemos cómo el amor y la compasión, tanto hacia uno mismo como hacia los demás, son esenciales para encontrar la paz interior y construir una sociedad más justa.

Finalmente, el cuento nos muestra que la lucha por la justicia y los valores nobles puede ser costosa, pero nunca debe ser abandonada. Jean Valjean y los jóvenes revolucionarios en la historia se enfrentan a grandes peligros y sacrificios para luchar por lo que creen que es justo. Aunque la revolución es sofocada, la historia nos muestra que la lucha por la justicia y la igualdad es digna y necesaria, y que el amor y la valentía pueden inspirar cambios significativos en el mundo, incluso si no se logran todas las metas esperadas.

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