Cuento de la película Entrenando a Papá (2007)

Entrenando a Papá

Había una vez, en un mundo donde los sueños se hacen realidad, un famoso jugador de fútbol americano llamado Joe Kingman. Joe era el mejor jugador de su equipo, los Boston Rebels, pero también era muy egoísta y solitario. Un día, su vida cambió por completo cuando recibió una visita inesperada.

Una niña de 8 años llamada Peyton apareció en su puerta, asegurando ser su hija. Joe no sabía qué hacer, pero decidió dejarla quedarse con él mientras averiguaba qué estaba pasando. Al principio, Joe y Peyton no se llevaban bien, pero poco a poco comenzaron a conocerse y a entenderse.

Un día, mientras Joe y Peyton estaban en casa, ella le preguntó:

Peyton: Papá, ¿por qué nunca estás en casa?
Joe: Bueno, hija, es porque tengo que entrenar mucho para ser el mejor jugador de fútbol americano.

Peyton asintió, pero no estaba contenta con la respuesta. Ella quería pasar más tiempo con su padre y hacer cosas juntos. Entonces, Joe decidió llevar a Peyton a uno de sus entrenamientos para que pudiera ver lo que hacía.

Durante el entrenamiento, Joe presentó a Peyton a sus compañeros de equipo, como Travis Sanders y Cooper, y al entrenador Stout. Todos se sorprendieron al conocer a la hija de Joe, pero la recibieron con los brazos abiertos.

Mientras Joe entrenaba, Peyton conoció a Monique, la entrenadora de ballet de la hija del entrenador Stout. Monique le enseñó a Peyton algunos pasos de ballet, y a ella le encantó. Joe, al ver a su hija disfrutar del ballet, comenzó a darse cuenta de que había más en la vida que solo el fútbol americano.

A medida que pasaba el tiempo, Joe y Peyton se volvieron inseparables. Joe incluso comenzó a asistir a las clases de ballet de Peyton y a aprender algunos pasos. Sin embargo, la vida de Joe como jugador de fútbol americano comenzó a verse afectada por su nueva vida como padre.

Un día, antes de un importante partido, Joe tuvo una conversación con su entrenador:

Joe: Entrenador, no sé si puedo jugar hoy. Estoy preocupado por Peyton.
Entrenador Stout: Joe, entiendo que ser padre es difícil, pero también eres un jugador de fútbol americano. Tienes que encontrar un equilibrio entre las dos cosas.

Joe sabía que el entrenador tenía razón, pero no quería decepcionar a Peyton. Entonces, decidió llevarla al partido para que pudiera verlo jugar. Durante el partido, Joe jugó mejor que nunca, y los Boston Rebels ganaron.

Después del partido, Joe y Peyton celebraron juntos. Joe se dio cuenta de que había aprendido una valiosa lección: ser un buen padre y un buen jugador de fútbol americano no eran cosas mutuamente excluyentes. Podía ser ambas cosas si se esforzaba y encontraba el equilibrio adecuado.

Con el tiempo, Joe y Peyton continuaron fortaleciendo su relación. Joe se convirtió en un padre amoroso y atento, y Peyton se convirtió en una talentosa bailarina de ballet. Juntos, aprendieron que el amor y la familia son más importantes que cualquier cosa en el mundo.

Y así, con el corazón lleno de amor y felicidad, Joe y Peyton vivieron felices para siempre, demostrando que incluso en los momentos más difíciles, siempre hay esperanza y alegría por descubrir. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Reflexión del cuento de la película Entrenando a Papá

La reflexión que nos cuenta este cuento es que el equilibrio entre nuestras responsabilidades y nuestros seres queridos es fundamental para encontrar la verdadera felicidad. Joe Kingman, el jugador de fútbol americano, se da cuenta de que su éxito en el deporte no es suficiente para encontrar la plenitud, y que la relación con su hija Peyton es lo que realmente le llena el corazón. Aprende a priorizar y a encontrar tiempo para ambos aspectos de su vida, y descubre que el amor y la familia son más valiosos que cualquier logro individual.

Además, el cuento nos enseña que el cambio y la apertura a nuevas experiencias pueden enriquecer nuestras vidas. Joe inicialmente se muestra egoísta y reacio a aceptar la llegada de Peyton, pero a medida que se conocen mutuamente, aprenden y crecen juntos. Joe descubre una nueva pasión en el ballet, algo totalmente diferente a su carrera en el fútbol americano, lo que le permite ampliar sus horizontes y conectar más profundamente con su hija.

En última instancia, el cuento nos transmite el mensaje de que el amor y la dedicación hacia nuestros seres queridos pueden transformarnos en mejores personas. Joe pasa de ser un hombre solitario y centrado en sí mismo a convertirse en un padre amoroso y atento. A través de su relación con Peyton, aprende la importancia de la comprensión, el apoyo y la presencia en la vida de alguien más, y encuentra la verdadera felicidad en el amor incondicional y el vínculo familiar.

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