Cuento de la película Hellboy (2004)

Había una vez, en un mundo donde lo paranormal y lo sobrenatural se entrelazaban con lo cotidiano, un héroe inusual llamado Hellboy. Nacido de un ritual oscuro llevado a cabo por los nazis en 1945, este demonio fue rescatado y criado para ser un defensor del bien. Pero, ¿cómo puede un demonio convertirse en un héroe? Ah, eso es una historia que debes seguir leyendo para descubrir.

En el corazón de la trama estaba el Profesor Broom, quien encontró a Hellboy cuando era solo un bebé demonio y lo crió como a su propio hijo. Juntos, trabajaron en la BPRD (Bureau for Paranormal Research and Defense), una organización dedicada a proteger al mundo de las amenazas sobrenaturales.

Hellboy, con su piel roja, cuernos cortados y un brazo de piedra llamado La Mano del Destino, era una figura imponente. Pero a pesar de su apariencia temible, tenía un corazón de oro. Junto a él en la BPRD estaban Abe Sapien, un hombre pez con habilidades psíquicas, y Liz Sherman, una mujer con el poder de crear y controlar el fuego.

Un día, una criatura llamada Sammael apareció, causando estragos en un museo. Hellboy se enfrentó a la bestia, disparando su enorme revólver Samaritan más veces de las que debería haber podido. Pero, ¿cómo pudo disparar más de cuatro veces sin recargar? Esa es una pregunta que solo Hellboy puede responder.

Durante la batalla, Abe hizo un comentario peculiar: «Hm, te tocó durante 5 segundos y puso 3 huevos en ti». A lo que Hellboy respondió con su humor característico: «Ni siquiera me invitó a un trago primero». A pesar de la tensión de la batalla, siempre había tiempo para un poco de humor.

Mientras tanto, en las sombras, un antiguo nazi llamado Kroenen observaba. Este personaje, que parecía más una máquina que un hombre, tenía una llave en su cuerpo que giraba de vez en cuando. ¿Por qué lo hacía? Bueno, resulta que su cuerpo funcionaba como un reloj y necesitaba ser enrollado de vez en cuando.

La historia culminó en una batalla épica en la que Hellboy tuvo que enfrentarse a su propio destino. A pesar de ser un demonio, eligió el camino del bien, demostrando que no somos definidos por nuestros orígenes, sino por nuestras acciones.

Y así, a pesar de las adversidades, Hellboy y sus amigos de la BPRD continuaron protegiendo al mundo de las amenazas sobrenaturales. Aunque su apariencia era temible, su corazón era noble y su valentía inquebrantable.

Y así, y colorín colorado este cuento se ha acabado. Pero recuerda, siempre hay más aventuras esperando a Hellboy y a sus amigos en la BPRD. ¿Quién sabe qué desafíos enfrentarán a continuación? Solo el tiempo lo dirá.